La reina Sofia pone en riesgo su vida desobedeciendo de forma reiterada a su médico

Una tradición difícil de abandonar que genera preocupación en su entorno más cercano

La reina Sofia pone en riesgo su vida desobedeciendo de forma reiterada a su médico

La reina Sofía de Grecia, a pesar de su avanzada edad y su estado de salud delicado, sigue desafiando las recomendaciones médicas. Su vicio por fumar, aunque en ocasiones discretamente, continúa presente, poniendo en riesgo su bienestar. Esta actitud rebelde, unida a su fuerte carácter, genera preocupación entre sus allegados y expertos en la Casa Real.

Un vicio oculto que une a Sofía y Letizia

Aunque la relación entre la reina Sofía y la actual reina Letizia ha sido marcada por diferencias públicas, tienen un hábito en común que pocas veces se reconoce: el cigarrillo. Sofía no es una fumadora obsesiva, pero disfruta de uno tras la comida, especialmente en un ambiente relajado con la familia. Según el libro “Doña Sofía. La Reina habla de su vida” de Carmen Enríquez y Emilio Oliva, la reina llegó a fumar hasta diez cigarrillos diarios en su juventud.

Reina Sofia

La historia de este vicio comenzó como una forma de parecer mayor, algo habitual en su generación. Incluso una de sus nietas, Victoria Federica, habría seguido sus pasos y empezó a fumar antes de cumplir los 18 años. La discreción ha sido clave, pues Sofía evita mostrar este hábito que contradice su imagen pública de vida saludable.

Desafío médico y riesgo para su salud

El rey Juan Carlos también tuvo su afición por el tabaco, especialmente por los puros, pero logró dejar los cigarrillos. Sin embargo, aunque dejó el tabaco, continuó fumando puros en secreto. Hoy, las recomendaciones médicas prohíben a la reina Sofía consumir tabaco debido a su estado de salud.

A pesar de ello, fuentes cercanas aseguran que siguen llegando cajas de puros a su residencia, y la reina no ha renunciado a su hábito. Esta desobediencia médica genera alarma, ya que fumar puede agravar problemas respiratorios y cardiovasculares. Su negativa a abandonar el tabaco pone en riesgo su vida, un comportamiento que algunos atribuyen a su fuerte personalidad y a la dificultad de renunciar a costumbres arraigadas.

Aunque Sofía ya no ejerce funciones oficiales, mantiene una autoridad simbólica dentro de la familia real. Su carácter firme y su insistencia en mantener ciertas tradiciones la colocan en una posición complicada frente a las recomendaciones médicas. La salud de la reina emérita sigue siendo motivo de preocupación, mientras ella continúa enfrentándose a sus médicos con un cigarro en la mano.