La reina Sofía se ha hecho de oro con las infidelidades de Juan Carlos I

El papel de la reina Sofía tras los años de polémicas en la monarquía

La reina Sofía se ha hecho de oro con las infidelidades de Juan Carlos I

La reina Sofía es, sin duda, la única Borbón que ha permanecido ininterrumpidamente en la institución desde sus inicios. Su constancia y reputación impecable la han convertidoen un pilar de la monarquía española, comparable en ciertos aspectos a la reina Isabel II de Inglaterra. A pesar de los escándalos que han rodeado a su esposo, Juan Carlos I, Sofía optó por no divorciarse, una decisión que le ha permitido mantener su posición y su sueldo como reina emérita.

Actualmente, la Casa Real destina tres salarios anuales a los miembros de la familia: 269.296 euros para Felipe VI, 148.105 para Letizia y 121.181 euros para Sofía. Esta última cifra, aunque menor que la de su hijo y nuera, asegura a la reina emérita una estabilidad económica considerable, más allá de la jubilación, cuando su pensión no superaría los 3.000 euros mensuales. Su presencia en la institución ha sido estratégica: mientras los escándalos de Juan Carlos I y la polémica del caso Nóos obligaron a Felipe VI y Letizia a redefinir la monarquía y apartar a otros miembros, Sofía permaneció, proyectando una imagen de continuidad y respeto que ha fortalecido la confianza pública.

Sofía y Juan Carlos

Un vínculo económico con los secretos del emérito

El papel de la reina Sofía en relación con los bienes y el dinero de Juan Carlos I ha sido objeto de especulación durante años. La fortuna del emérito, estimada por medios internacionales en cerca de 2.000 millones de euros, incluye herencias familiares, sueldos desde 1975 y regalos institucionales que él consideró personales. Aunque Sofía nunca ha sido señalada por corrupción, algunas investigaciones, como las del periodista José María Olmo, revelan que la emérita tuvo acceso a ciertos recursos ocultos del exmonarca.

Olmo explica que Sofía utilizaba parte de ese dinero para cubrir viajes al extranjero y para las compras navideñas de la familia. Los desplazamientos a ciudades como Viena, Berlín o Londres, junto a su hermana Irene o a familiares reales europeos, eran financiados en parte con fondos provenientes de Juan Carlos, pero gestionados discretamente. Según se desprende de estos relatos, la reina buscaba disfrutar de actividades culturales y compras en un entorno más accesible, evitando cualquier exposición mediática.