La verdad oculta sobre Jaime Anglada y Felipe VI: fueron más que amigos

Un vínculo que salió a la luz en el momento más inesperado

La verdad oculta sobre Jaime Anglada y Felipe VI: fueron más que amigos

Las vacaciones de Felipe VI en Palma de Mallorca no han sido las de otros años. Aunque el rey viajó para cumplir con sus compromisos, el ambiente estuvo marcado por un hecho inesperado: el grave accidente de Jaime Anglada, uno de sus amigos más cercanos y, a la vez, una de las personas más discretas de su círculo. Ambos se conocieron hace años compitiendo como tripulantes en la Copa del Rey de Vela, y desde entonces su relación ha crecido lejos de los focos.

El pasado 8 de agosto, Anglada fue embestido por un vehículo mientras conducía su moto por la avenida Joan Miró. El conductor huyó, dejando al cantante en estado crítico. Ingresó en la UCI del hospital Son Espases, donde pasó semanas complicadas. Casualmente, Felipe VI y la reina Letizia habían cenado con él justo la noche anterior al accidente, algo que impactó aún más al monarca.

Desde ese momento, la preocupación del rey se convirtió en una constante, mostrando no solo la cercanía que les unía, sino también la profundidad de un vínculo que siempre habían mantenido en la intimidad y lejos de cualquier mirada pública.

Jaime Anglada

 

El apoyo del rey que revela un vínculo especial

Desde aquel día, Felipe VI no ha dejado de mostrar una preocupación constante. Solicitó ser informado en todo momento sobre la evolución de Anglada y viajó a Palma en varias ocasiones para visitarlo, siempre con la máxima discreción para evitar especulaciones. Algunos testigos incluso lo vieron caminar por los pasillos del hospital intentando pasar desapercibido.

Ahora que Anglada ya está en casa, el rey ha podido dedicarle visitas más tranquilas, ofreciéndole apoyo y ánimos en un momento especialmente delicado. Su reacción ha dejado claro que lo suyo no era una simple amistad veraniega, sino un vínculo profundo, construido a base de confianza, respeto y años de complicidad.

Este verano ha demostrado que, detrás de los protocolos y la distancia institucional, Felipe VI y Jaime Anglada compartían algo más que afición por la vela o cenas entre amigos. Compartían una lealtad real, de las que solo se hacen visibles en los momentos difíciles.