Leonor alquila un yate a 4.000 euros el día
Después del trámite de Marivent, Leonor ya se puede ir de vacaciones

Mallorca ya es pasado para la Princesa Leonor. Tras cumplir con la agenda oficial en Marivent, posar junto a la Infanta Sofía y participar en las recepciones de rigor, la heredera al trono ha cambiado el traje formal por un plan muy distinto. Porque el verdadero verano de la primogénita de Felipe VI empieza lejos de las cámaras, lejos de los actos institucionales y con un escenario muy distinto al de las salas de exposiciones o los jardines del palacio. Su destino: las aguas turquesa del mar Egeo, a bordo de un yate de lujo cuyo alquiler ronda los 4.000 euros por día.
Y es que, después de los compromisos, llega el momento de la evasión. El plan está calculado al milímetro: varios días navegando entre islas griegas, rodeada de un pequeño grupo de amigos de confianza. Nada de fotógrafos, nada de miradas indiscretas. La ruta, el puerto de salida y las fechas exactas se han convertido en un secreto de Estado, siguiendo una estrategia que la Reina Letizia conoce bien. Ella misma sufrió en el pasado la filtración de unas imágenes en bikini y, desde entonces, la discreción es una norma inviolable.
Leonor comienza sus vacaciones de verdad
De este modo, el viaje se ha organizado con un blindaje casi militar. Según publicaciones especializadas, Leonor llegó a Grecia la noche del miércoles junto a sus padres a bordo de un Falcon del Estado. El aterrizaje, a las 21:30, pasó desapercibido para el gran público, pero no para quienes siguen al detalle los movimientos de la Familia Real. Desde entonces, cada paso de la princesa se ha dado en la más estricta confidencialidad, especialmente después de que este mismo verano fuera fotografiada en bikini por primera vez.
Durante su estancia, la heredera repartirá su tiempo de forma calculada: unos días junto a su madre, otros junto a su padre y el resto en alta mar con sus amigos, disfrutando de la privacidad que solo un yate de esas características puede ofrecer. Un lujo que, además del confort, garantiza la tranquilidad necesaria para escapar de la presión mediática que le acompaña desde niña.
Así pues, mientras en España se debate sobre su formación militar y su papel futuro en la Corona, Leonor se regala unas vacaciones de ensueño, consciente de que en pocos días deberá volver a San Javier para continuar con su entrenamiento. Un último respiro de libertad, a 4.000 euros la jornada, antes de volver a vestirse de uniforme.