Leonor, desmadre en Elcano, amonestada de forma reiterada por indisciplina
Las advertencias por su bajo rendimiento físico siembran dudas sobre su compromiso en la formación
La princesa Leonor, cadete en formación en la Armada, no está atravesando su mejor momento a bordo del ‘Juan Sebastián de Elcano’. Según fuentes militares, la heredera ha recibido varias amonestaciones verbales durante el crucero de instrucción. ¿El motivo? Su bajo nivel de implicación en las pruebas físicas que se realizan a diario en la cubierta del buque escuela.
No se trata de sanciones formales, pero sí de advertencias que pretenden corregir el rumbo. Y es que, en palabras de un oficial, “no es cuestión de capacidades, sino de actitud”. Algunos días, su rendimiento ha sido visiblemente inferior al de sus compañeros. Algo que no ha pasado desapercibido entre los mandos del barco.
La princesa cumple con el resto del exigente programa: maniobras, navegación, prácticas con armamento… Pero cuando llega el momento del ejercicio físico, su esfuerzo parece diluirse. No hay insubordinación, ni desafíos, pero sí cierta resistencia a la exigencia física. Un detalle que ha generado cierta inquietud entre quienes siguen de cerca su evolución.

Un perfil más académico que militar
Fuentes cercanas al cuerpo docente reconocen que Leonor muestra más entusiasmo por los aspectos académicos y de protocolo. Lo físico, sin embargo, no es su punto fuerte. Y eso empieza a ser un problema. No por los resultados en sí, sino por lo que representa: ella no es una cadete cualquiera, sino la futura jefa de las Fuerzas Armadas.
La institución monárquica intenta proyectar una imagen de compromiso, disciplina y esfuerzo. Por eso, estas pequeñas grietas, aunque internas, pueden tener consecuencias si se repiten en el futuro.
Aun así, sus relaciones con el resto de los cadetes son “excelentes”, según las mismas fuentes. La convivencia no ha sido un problema, y nadie duda de su educación y disposición. Pero la formación militar exige más que buenas maneras.
Cuando el ‘Elcano’ regrese a puerto, quedará por ver si Leonor toma nota de estas advertencias informales o si, por el contrario, se mantiene su perfil bajo en la exigencia física. Porque en la Armada, el esfuerzo no se hereda. Se demuestra. Y en el mar, como en la vida, no basta con llevar un título, hay que ganárselo cada día.