Leonor fuma más que nunca en vacaciones
El verano pone a prueba a la heredera y deja al descubierto algunas de sus rutinas más personales
La princesa Leonor ya había mostrado su dependencia del vapeo durante sus meses de formación militar. En Zaragoza y en Marín, varios compañeros comentaron que solía recurrir al cigarrillo electrónico en momentos de tensión. No era un secreto entre quienes compartían con ella clases, guardias o salidas nocturnas. Aunque siempre trataba de hacerlo con discreción, el gesto se repetía con frecuencia.
Ahora, lejos de esa rutina estricta, la situación parece haberse intensificado. En vacaciones, sin la presión del horario militar, Leonor fuma más que nunca. El vapeador se ha convertido en un objeto inseparable, casi siempre a mano, y es su vía de escape frente al estrés y la ansiedad. Lo hace en espacios privados, pero también en encuentros más relajados, cuando siente que puede desconectar del entorno de vigilancia constante que la rodea.
El problema es que la princesa no consigue dejarlo. Cada intento acaba en fracaso y la necesidad de volver a encender el dispositivo se impone. Sus allegados lo saben y, aunque algunos lo ven como una fase pasajera, otros empiezan a preocuparse por lo que supone para su salud a largo plazo.

Consecuencias visibles
Los efectos ya son palpables. En las pruebas físicas de Zaragoza y Marín no alcanzó los mínimos exigidos. Su resistencia no está al nivel esperado y su estado físico refleja cansancio. El vapeo, sumado al desgaste de la disciplina militar, está pasando factura. No se trata solo de un hábito social, sino de una dependencia que afecta directamente a su rendimiento.
En vacaciones, donde debería recuperar fuerzas y presentarse más fuerte para lo que viene, ha ocurrido lo contrario. Fuma más y se desgasta más. El círculo vicioso es evidente: cuanto mayor es la ansiedad, más fuma, y cuanto más fuma, peor rinde.
Los reyes Felipe y Letizia conocen la situación. No les gusta nada y lo consideran un golpe a la imagen de su hija. Temen que esta costumbre acabe marcándola, como ya ocurrió en generaciones anteriores dentro de la familia real. La reina Sofía fue fumadora durante años, y sobre Letizia también han circulado rumores. Pero en el caso de Leonor, la exposición es máxima y cada detalle queda bajo la lupa.