Leonor no ve a Juan Carlos I porque “tiene pánico a la madre”. Ha sido invitada más de diez veces

Juan Carlos I ha tratado de recuperar la relación con su nieta

Leonor no ve a Juan Carlos I porque “tiene pánico a la madre”. Ha sido invitada más de diez veces

La relación entre la princesa Leonor y su abuelo, Juan Carlos I, vuelve a ser noticia, pero esta vez por un motivo que nada tiene que ver con la distancia física ni con la agenda oficial. Según fuentes cercanas, la heredera del trono español no se atreve a retomar el contacto con su abuelo porque “tiene pánico a la madre”, Letizia, que ya ha dejado claro que cualquier gesto de este tipo no será tolerado.

El emérito ha realizado más de una decena de invitaciones formales a su nieta en los últimos meses. Desde Abu Dabi hasta Ginebra, pasando por Cascais, el mensaje ha sido el mismo: pasar unos días juntos, recuperar el vínculo familiar y disfrutar de momentos en familia junto a su hermana. Incluso, según revelan fuentes, Juan Carlos I habría dejado claro que estas reuniones no interferirían con la rutina ni los compromisos de Leonor, e incluso el padre de la princesa, Felipe VI, ha dado su visto bueno.

JC

Letizia tiene muy controlada a Leonor

Pero el obstáculo principal no ha sido la agenda ni las obligaciones oficiales, sino la estricta supervisión y control de Letizia. La reina ha transmitido de manera firme que cualquier contacto no autorizado con el abuelo será sancionado con una reprimenda severa. Este control absoluto ha creado un clima de temor en Leonor, que teme que un simple viaje pueda derivar en un enfrentamiento directo con su madre y, posiblemente, poner en riesgo su posición dentro de la familia y su rutina oficial.

El resultado es que, pese a los intentos de Juan Carlos I por estrechar la relación con su nieta, Leonor no se ha desplazado ni una sola vez. Cada invitación queda sobre la mesa, ignorada por miedo a la reacción de Letizia, que mantiene su autoridad sin ceder. Para la princesa, cada decisión se convierte en un acto de equilibrio entre el afecto hacia su abuelo y la obediencia a su madre.

Así pues, la distancia entre Leonor y Juan Carlos I no es geográfica ni institucional, sino emocional. Más de diez invitaciones se han quedado sin respuesta, y todo indica que, mientras Letizia mantenga su férreo control, cualquier intento de encuentro quedará pospuesto. La princesa vive atrapada entre el cariño por su abuelo y el temor a la ira materna, un dilema que marca un capítulo delicado en la historia reciente de la Casa Real española.