Leonor padece un problema de nacimiento en la nariz que ha heredado de su abuelo
Un detalle de salud que la princesa Leonor ha tenido que enfrentar desde pequeña

La princesa Leonor, hija de los Reyes Felipe y Letizia, ha sido siempre objeto de atención mediática. Sin embargo, muchos aspectos de su vida personal han sido cuidadosamente protegidos por la familia real. A lo largo de los años, se ha intentado que la joven lleve una vida lo más normal posible, sin exponer su vida privada. A pesar de esto, algunos detalles han ido saliendo a la luz, y uno de los más sorprendentes es un problema de salud que la princesa ha heredado de su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I.
Este problema se refiere a un angioma, una malformación benigna de los vasos sanguíneos, que Leonor sufrió al nacer. Un angioma es una pequeña mancha rojiza que aparece en la piel debido a una concentración anómala de vasos sanguíneos. En el caso de la princesa, este angioma apareció en la nariz y se mantuvo visible durante sus primeros años de vida. Aunque en un principio se pensó que era solo una pequeña herida, con el tiempo se confirmó que era un angioma. De hecho, su abuelo también padeció esta condición, lo que sugiere una predisposición genética.
El tratamiento y pronóstico del angioma en la princesa Leonor
Afortunadamente, los angiomas son malformaciones benignas y en su mayoría no representan un peligro para la salud. Según la Sociedad Española de Medicina Interna, estos problemas suelen desaparecer por sí solos, aunque en algunos casos se requiere tratamiento. En el caso de los angiomas más persistentes, como el de Leonor, los médicos pueden optar por procedimientos como el láser, que elimina la mancha de forma efectiva y sin dolor. En raros casos, puede ser necesario recurrir a cirugía, aunque esta opción puede dejar cicatrices.
El tratamiento de Leonor ha sido principalmente observacional, con controles periódicos, ya que el angioma desapareció de su rostro a medida que crecía. Sin embargo, la familia real mantiene un seguimiento constante, pues aunque los angiomas tienden a desaparecer, pueden reaparecer con el tiempo. Los médicos aseguran que, en general, el pronóstico es muy favorable, y que la alteración estética que produce el angioma es lo único relevante desde el punto de vista de la salud.