Leonor pasa revisiones médicas periódicas por un problema hereditario

Letizia estuvo muy preocupada por su hija

Leonor pasa revisiones médicas periódicas por un problema hereditario

A nadie se le escapa que Leonor no ha tenido la adolescencia más sencilla del mundo. La hija de Felipe VI y Letizia ha vivido marcada por una presión constante para ser perfecta en cada aparición pública, para mantener la sonrisa en cada foto y para ser, en definitiva, la princesa que todo el mundo espera. Sin embargo, detrás de esa imagen impoluta, la Princesa de Asturias arrastra un problema médico hereditario que ha obligado a Letizia a llevarla periódicamente a revisión y que está directamente relacionado con la historia genética de los Borbón.

Porque a Leonor le faltan los dos colmillos superiores. Y no es porque se los haya roto en un entrenamiento en el Elcano o en el Blas de Lezo, ni porque se los hayan quitado por estética. Leonor sufre una agenesia hereditaria, un problema que provoca que esos dientes nunca lleguen a formarse por la ausencia de tejido primordial. Un fallo de nacimiento, de esos que se transmiten de generación en generación en la familia Borbón, y que ha obligado a Zarzuela a mantener a Leonor bajo supervisión médica periódica para controlar las consecuencias de esta anomalía.

Leo

Letizia, muy preocupada por la salud de Leonor

Según cuentan fuentes con acceso a Zarzuela, Letizia se mostró “preocupada” al descubrir que la causa de la ausencia de colmillos en su hija era esta agenesia hereditaria. La idea de que se tratara de una enfermedad sin tratamiento hizo saltar las alarmas en la reina, que lleva años pendiente de la salud de su hija y de cada mínimo detalle de su imagen pública.

El problema no es solo estético. Los odontólogos explican que la ausencia de estos colmillos puede afectar a la funcionalidad de la boca de Leonor, complicando la masticación y generando problemas de oclusión que pueden derivar en dolores de cabeza y otros trastornos.

Ahora que Leonor ya es mayor de edad, se abre la puerta a un tratamiento definitivo: implantes dentales para sustituir los colmillos que nunca llegaron a salir. Un proceso delicado, con raíces artificiales y coronas que simulen dientes reales, y que, aunque es una solución sencilla, no deja de ser un recordatorio más de que, detrás de cada foto perfecta de Leonor, se esconde la genética complicada de los Borbón.