Leonor, protagonista para mal en Nueva York, bochorno
Una visita marcada por tensiones diplomáticas que empañaron la llegada de Leonor a Nueva York

La visita de la princesa Leonor a Nueva York ha estado lejos de ser la ocasión diplomática que muchos esperaban. En lugar de ser recibida como una figura importante, la joven heredera se vio envuelta en un incómodo bochorno. La causa: su encuentro con la política y las tensiones que rodean a la familia real española, sobre todo con la primera dama de los Estados Unidos, Melania Trump.
Un viaje que terminó en decepción
A pesar de la emoción que rodeaba el viaje transatlántico de la princesa Leonor, los planes fueron rápidamente desmoronándose. En un giro inesperado, la Casa Blanca canceló el recibimiento oficial que estaba previsto para la heredera. La razón, según varias fuentes, se relaciona con las tensiones entre la primera dama Melania Trump y la reina Letizia, que datan de un incidente ocurrido durante el funeral del papa Francisco. Según algunos testimonios, Letizia mostró una actitud distante y prepotente hacia Melania en Roma, lo que habría enfurecido a la esposa de Donald Trump. Como resultado, la relación entre las dos se deterioró, y esto afectó directamente a la joven princesa Leonor, quien se vio atrapada en el cruce de intereses diplomáticos.
La falta de protocolo y la desilusión de Leonor
El bochorno para Leonor no se limitó a la falta de una recepción oficial. Además, la cancelación de este gesto diplomático dejó a la princesa en una situación incómoda, dado que su visita a Nueva York había sido anunciada como un paso importante para fortalecer la presencia internacional de la monarquía española. La joven, que ya tiene un perfil bajo, esperaba recibir el apoyo de los Estados Unidos como una forma de consolidar su posición en el ámbito internacional. Sin embargo, el enfrentamiento entre los Trump y Letizia empañó la oportunidad.
Este incidente, lejos de ser un episodio aislado, pone de manifiesto las complicaciones que pueden surgir cuando las relaciones familiares interfieren en los aspectos diplomáticos. A pesar de la intención de Leonor de representar a España en el escenario mundial, su viaje acabó siendo un amargo recordatorio de que las disputas personales pueden tener consecuencias en la política internacional.