Letizia ha pedido que Leonor no vuele si persiste su miedo a las alturas, sufre vértigo desde niña
Leonor continúa su formación aérea bajo la atenta mirada de su madre
La princesa Leonor se encuentra estos días en San Javier, donde está aprendiendo a volar. Como parte de su formación, la joven tiene clases de vuelo y simulaciones que le permitirán familiarizarse con los aviones y la experiencia de pilotar. Sin embargo, no todo está siendo sencillo. Desde niña, Leonor ha mostrado una cierta dificultad con las alturas. Lo que para muchos puede ser un simple miedo pasajero, para ella se traduce en vértigo, una sensación que puede ser molesta e incluso peligrosa en determinadas circunstancias.
Su estancia en San Javier estaba pensada como una oportunidad para superar ese temor, aprender técnicas de concentración y ganar confianza. Los instructores elogian su disciplina y dedicación, pero también reconocen que el vértigo es algo que no se puede forzar. Cada sesión se adapta a su ritmo, y se le permite avanzar según cómo se sienta en cada momento. La joven no ha ocultado que, en ocasiones, el miedo a las alturas le genera incomodidad, y esto ha llevado a sus padres a tomar precauciones especiales.

La preocupación de Letizia
La reina Letizia, consciente de la situación, ha tomado cartas en el asunto. Según varias fuentes, ha pedido que Leonor no participe en vuelos si el vértigo persiste o si se siente insegura. Para Letizia, la prioridad es el bienestar emocional y físico de su hija, más que cualquier plan académico o militar. Es un gesto de cuidado y protección que refleja la cercanía de la madre con la princesa.
Letizia recuerda muy bien lo que supone enfrentarse a un miedo que no desaparece de un día para otro. Por eso, ha insistido en que no haya presiones. El aprendizaje de Leonor continuará, pero siempre adaptado a sus necesidades. Si en algún momento siente que el vértigo es demasiado intenso, no se verá obligada a volar. Esta decisión también envía un mensaje claro: reconocer y respetar los límites personales es tan importante como cumplir con las obligaciones.
Mientras tanto, Leonor sigue su formación con entusiasmo, apoyada por instructores y familiares. Cada pequeño logro es celebrado, y los momentos de temor se manejan con paciencia. La combinación de disciplina y cuidado personal parece ser la clave para que la princesa aprenda a volar sin poner en riesgo su bienestar emocional.