Letizia tiene un sistema de seguridad en Zarzuela para evitar que los empleados le hagan fotografías
La estricta vigilancia que protege la privacidad de los reyes en su residencia oficial
Letizia Ortiz no es alguien que deje las cosas al azar. Su carácter controlado y perfeccionista la ha llevado a poner límites muy claros en su entorno. Esto, sin embargo, no siempre ha sido fácil para ella. La presión de mantener todo bajo control le ha generado estrés y ansiedad. Incluso ha tenido que acudir a terapia para manejar esas emociones. A pesar de sus esfuerzos, sabe que no puede controlar cada detalle, pero sí intenta reducir al máximo las posibles filtraciones que puedan afectarla a ella o a la familia real.
En Zarzuela, donde se celebran muchos actos oficiales, la presencia constante de visitantes y empleados obliga a mantener un control riguroso. Letizia decidió entonces instalar un sistema de seguridad muy estricto. Cualquier persona externa al círculo íntimo debe pasar por un control similar al de un aeropuerto. Esto incluye escáneres, detectores de metales y dejar objetos personales, como bolsos o teléfonos, en una cinta. Todo para evitar que alguien entre con armas o aparatos que puedan poner en riesgo la privacidad o la seguridad de los reyes.

Confidencialidad y tecnología bajo control
Pero el sistema no termina ahí. Para reforzar aún más la seguridad, todos los visitantes, sin excepción, deben dejar sus dispositivos electrónicos en taquillas vigiladas por personal de seguridad. Si alguien recibe una llamada importante, el mensaje se le comunica sin que pueda usar el teléfono dentro del palacio. Así, se evita que se graben vídeos, fotografías o conversaciones privadas. La idea es que nada de lo que ocurra dentro de Zarzuela salga fuera sin permiso.
Además, cada visitante recibe una tarjeta de identificación y firma un contrato de confidencialidad. En ese acuerdo, se comprometen a no divulgar ningún detalle de lo vivido en el palacio. De romper ese pacto, podrían enfrentarse a multas millonarias, un castigo que pocos podrían afrontar. Este sistema muestra lo importante que es para Letizia y Felipe VI proteger su privacidad, especialmente en un entorno tan expuesto y con tantos ojos atentos. Por eso, cada detalle está pensado para mantener intacta la tranquilidad y seguridad de la familia real dentro de Zarzuela.