Miguel Urdangarin no pasa las pruebas, se queda fuera después de un año de preparación, no es apto

El fracaso profesional de Miguel Urdangarin es evidente

Miguel Urdangarin no pasa las pruebas, se queda fuera después de un año de preparación, no es apto

Miguel Urdangarin siempre ha contado con todos los recursos necesarios para labrarse un futuro brillante. Como nieto de Juan Carlos I y segundo hijo de la infanta Cristina y de Iñaki Urdangarin, tuvo acceso a los mejores centros y profesores con el objetivo de convertirse en biólogo marino. Sin embargo, la realidad le ha dado un golpe de frente. Tras finalizar sus estudios universitarios, Miguel Urdangarin se ha encontrado con un mercado laboral que le ha cerrado la puerta, dejando al joven en un momento de incertidumbre que ha comenzado a preocupar en Zarzuela.

Durante meses, Miguel se había preparado para superar las pruebas de acceso a un puesto de prácticas en Reino Unido, un paso que le permitiría iniciar su carrera profesional con el pie derecho. Sin embargo, el resultado no fue el esperado, y Miguel Urdangarin se ha quedado fuera de las prácticas, sin un plan definido para este verano y con la sensación de haber perdido el rumbo.

Ante esta situación, y al igual que su hermana Irene, Miguel pasará el verano en Zarzuela, un destino que no estaba en sus planes, pero que se ha convertido en la única opción mientras decide qué hacer con su futuro. Lo que debía ser un verano lleno de retos profesionales se ha transformado en un periodo de incertidumbre, con el riesgo de que Miguel vuelva a dejarse llevar por la vida nocturna de Madrid y por compañías poco recomendables.

Miguel

Miguel se ha convertido en un problema

En su momento, muchos veían en Miguel Urdangarin al nieto más centrado y discreto de Juan Carlos I, alejado de las polémicas y con un futuro prometedor. Sin embargo, su incapacidad para encontrar un empleo tras acabar sus estudios ha hecho que Miguel comience a caminar por una senda que recuerda a la de Froilán: sin trabajar, dependiendo de las ayudas económicas de su abuelo y sin una dirección clara.

Ahora, con el verano por delante en Zarzuela, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ven con preocupación cómo su hijo podría terminar desviándose del camino correcto, con el temor de que Miguel Urdangarin cambie los laboratorios por la noche madrileña, sumando un nuevo dolor de cabeza para la Casa Real.