Miguel Urdangarin tiene mala fama entre porque no es de fiar
Miguel Urdangarin, entre la inestabilidad y la mala fama familiar

Miguel Urdangarin es uno de esos personajes que se ha mantenido en la sombra, pero cuya fama no es precisamente la más favorecedora. Aunque su madre, la Infanta Cristina, ha intentado siempre protegerlo del foco mediático, el joven ha protagonizado más de un escándalo que ha dejado huella en su familia. Al cumplir la mayoría de edad, sus errores comenzaron a ser evidentes, y, a pesar de los intentos por encubrirlos, sus acciones no pasaron desapercibidas.
Un joven problemático y sin rumbo
Miguel no es ajeno a la polémica. Después de estudiar Ciencias del Mar en la Universidad de Oxford y pasar un tiempo en el Reino Unido, se esperaba que su vida tomara un rumbo profesional claro. Sin embargo, tras acabar su carrera, optó por alejarse de su campo de estudios. En lugar de comenzar a trabajar, regresó a Ginebra para estudiar esquí, donde sufrió una grave lesión que le obligó a someterse a una intervención quirúrgica. Esto le hizo mudarse a Madrid, donde vivió con su hermana Irene mientras se recuperaba.
Lo que parecía una pausa en su vida se convirtió en una costumbre. Miguel nunca mostró interés en trabajar ni en establecer un futuro estable. Su reputación ha quedado manchada entre sus primos y familiares cercanos. Aunque no es tan mediático como Froilán o Victoria Federica, se le considera el más problemático de todos. En la intimidad de la familia real, su actitud es conocida y comentada, y sus allegados no son nada benevolentes con él.
Fiestas y relaciones que no favorecen su imagen
Recientemente, Miguel Urdangarin ha saltado de nuevo a los titulares debido a su relación con Olympia, una compañera de clase con la que comenzó a salir tras coincidir de nuevo en Madrid. Su vida social se ha convertido en una constante asistencia a fiestas y eventos, sin ningún tipo de responsabilidad aparente. Esta falta de madurez y de compromiso con su futuro ha generado más de un conflicto, especialmente con su madre, quien ha tenido que intervenir para mantenerlo bajo su vigilancia.
La Infanta Cristina ha sido clave en su vida, pero no ha logrado frenar la mala fama que Miguel se ha ganado entre su círculo familiar. Aunque públicamente intente limpiar su imagen, la realidad es que la percepción de sus primos y seres cercanos no cambia: Miguel es considerado un "enredador", alguien que no tiene intención de asumir las riendas de su vida.