Oficiales de San Javier cuentan que Leonor no llega a la nota mínima
Fuentes internas apuntan a pequeñas tensiones en la formación de la Princesa durante su etapa naval
Según han trasladado varios oficiales destinados en San Javier, la estancia de la Princesa Leonor a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano no está pasando desapercibida. No por cuestiones de protocolo ni por su papel como heredera, sino por un rendimiento físico que, según estas voces internas, se estaría quedando por debajo de lo esperado.
Durante las intensas jornadas de navegación, las rutinas matinales en cubierta y las prácticas que requieren resistencia y constancia, sus mandos habrían detectado un esfuerzo irregular. Fuentes consultadas explican que, aunque Leonor cumple con las actividades marcadas, su implicación física algunas veces se sitúa por debajo de la media del resto de guardiamarinas.
Estas mismas fuentes aseguran que la joven ha recibido varias advertencias verbales, en tono profesional pero firme. No son sanciones formales ni generan expediente, pero sí actúan como un toque de atención claro. Se trata de recordatorios que, en el contexto militar, pueden tener consecuencias inmediatas: menos tiempo libre en la próxima escala, guardias adicionales o incluso la obligación de permanecer a bordo mientras sus compañeros disfrutan de descanso en tierra. En la Casa Real, según estas informaciones, la situación no ha sentado bien. Los Reyes Felipe VI y Doña Letizia estarían especialmente incómodos con la idea de que su hija pueda afrontar un correctivo, aunque respetan el criterio de la Armada y el funcionamiento propio de la institución.

Buen expediente académico, menor implicación física
Desde su llegada a la Armada, Leonor ha seguido exactamente el mismo programa que el resto: maniobras, clases, ejercicios con armamento y un exigente entrenamiento físico. Y si bien su comportamiento es descrito como respetuoso y disciplinado, varios instructores reconocen que su punto débil está en la parte física.
No se cuestiona su capacidad, explican, sino la constancia. Algunos días su rendimiento queda muy por debajo del grupo, algo que en un entorno de formación militar se detecta de inmediato. En contraste, su evolución académica sí destaca, así como su participación en actos institucionales y su relación fluida con sus compañeros.
Aunque estas advertencias no afectarán a su expediente oficial, sí podrían influir en futuras decisiones sobre responsabilidades dentro de la travesía. En un buque donde se forjan los futuros mandos de la Armada, el mensaje es claro: la preparación debe ser completa, y la heredera no es una excepción.