Oficiales del Blas de Lezo explican que Leonor tiene una cara oculta

El comportamiento de Leonor está dejando mucho que desear

Oficiales del Blas de Lezo explican que Leonor tiene una cara oculta

Los primeros días de Leonor a bordo de la fragata Blas de Lezo no están siendo los más sencillos para ella. Y es que, después de unos meses muy largos y delicados en Elcano, la Princesa de Asturias se ha tenido que enfrentar a una segunda travesía a la que no es que llegue cansada y harta de todo lo vivido en Elcano, sino que también lo hace enfrentándose a las miradas recelosas de unos compañeros que ya se esperaban a una Leonor mucho más desagradable de lo deseado y con la que pocos o ninguna han sido capaces de establecer una relación agradable.

En este sentido, tal y como han revelado fuentes de la Armada, las primeras sensaciones respecto del comportamiento de Leonor no han dejado unas impresiones nada agradables. Y es que, lejos de tener un comportamiento impecable y ejemplar, la hija de los Reyes de España se comporta como una niña malcriada que no está dispuesta a ceder ni uno de sus privilegios.

Leonor

La cara oculta de Leonor es muy desagradable

A pesar de que de cara al público, Leonor siempre ha tratado de mostrar su faceta más simpática y agradable, la realidad es que de puertas hacia dentro, la Princesa de Asturias es completamente diferente. En especial cuando no está de buen humor. Que suelen ser la mayoría de momentos del día. Tal y como hemos podido saber, Leonor nunca muestra una buena actitud a la hora de acatar órdenes que no le gustan o que no encajan con lo que quiere hacer en cada momento. Y además no es que se quede callada, es que responde a cualquier cosa que se le diga y no le guste. No respeta la autoridad.

Por otro lado, cuando le toca tratar con sus compañeros, tampoco es la persona más amable y agradable del mundo. Más bien es todo lo contrario. No trata bien a nadie y se dedica a hacer de menos al resto. Ya que como Letizia, cree que los que se han dedicado al ejército son catetos.

Así pues, los oficiales del Blas de Lezo se han llevado una importante decepción con el mal carácter de una Leonor que cuando no está de humor no se le puede ni hablar.