Victoria Federica, de patitas en la calle, le han pedido que, por favor, no vuelva
Las actitudes de Victoria Federica comienzan a generar rechazo
Si hay una figura polémica dentro de Zarzuela, esa es la de Victoria Federica. La joven ha descubierto lo bien que se vive siendo una figura mediática y no ha dejado pasar el tren de ser una de las influencers más relevantes del momento en España. En este sentido, gracias a su vinculación con la Casa Real y a su alto número de seguidores en todas las redes sociales, Victoria Federica se ha acostumbrado a vivir demasiado bien y a tener un trato de favor allá por donde va, lo que la ha llevado a olvidar que a veces hay que pagar por lo que uno llega a consumir.
De hecho, no son pocos los restaurantes que hacen todo lo posible para evitar que Victoria Federica sea su clienta. Nadie quiere que la sobrina de Felipe VI aparezca por su negocio. Y es que todos los restauradores de Madrid saben que si Victoria Federica aparece en su negocio, la noche no va a ser nada rentable para ellos, o bien en temas de imagen pública o por culpa de los líos en los que se acostumbra a meter cada vez que sale.

Victoria Federica es una persona sumamente exigente
Una buena definición para explicar cómo es la actitud de Victoria Federica cada vez que va a un restaurante es la exigencia desmedida. La sobrina de Felipe VI no acepta un no por respuesta para nada. Quiere que se lo hagan todo a medida y que el servicio no tenga ni un solo fallo. Si un camarero se equivoca en la comanda, su respuesta es pésima, le gusta humillar a los demás y demostrar al mundo que ella está por encima del bien y del mal.
Además, por si no fuera suficiente con todos los líos y problemas que provoca cada vez que va a algún lugar, ya no es ninguna sorpresa que se niegue a pagar. Victoria Federica considera que su presencia ya es motivo más que suficiente para justificar que se vaya sin pagar cuentas que suelen superar los mil euros, lo que deja sin ganancias a más de un restaurante durante un servicio entero.
Así pues, ya es práctica habitual que en más de un restaurante le nieguen el acceso a Victoria Federica, alegando que están llenos o que ese día no le pueden ofrecer un servicio ni a ella ni a sus amigos.