Victoria Federica recibe más dinero de su abuelo que el resto de primos
La nieta favorita del emérito acapara atención, visitas y gran parte de la generosidad familiar
Victoria Federica siempre ha sido especial para su abuelo, el rey emérito Juan Carlos I. Más allá de los lazos familiares, entre ambos hay una conexión que va mucho más lejos. Y eso se nota, sobre todo en lo económico. Mientras el resto de los nietos recibe una ayuda generosa por parte del emérito, a ella no le falta absolutamente de nada.
Según diversas fuentes aseguran que Victoria es “la más mimada”. Su abuelo no escatima en gastos con ella: paga viajes, ropa, eventos, y se dice incluso que ha intervenido para facilitarle oportunidades laborales. Recibe, según las mismas fuentes, un sueldo mensual que supera al del resto de sus primos, incluidos Froilán e Irene Urdangarin.
Juan Carlos I, exiliado en Abu Dabi desde 2020, mantiene una relación constante con algunos de sus nietos. Pese a la distancia y los escándalos, sus visitas nunca faltan. Pero todo tiene un porqué: el dinero. Las visitas, en muchos casos, se traducen en beneficios. Pero aun en ese contexto, Victoria sigue estando en la cima de sus preferencias.

Los Urdangarin y el reparto desigual
En el otro extremo están los hijos de la infanta Cristina, los Urdangarin. Desde siempre, ellos han recibido menos apoyo económico del abuelo. Aunque también han visitado al emérito en su residencia de Abu Dabi, no cuentan con los mismos privilegios. Juan Carlos ha cubierto estudios y gastos básicos, pero sin el derroche que muestra con Victoria Federica. Miguel e Irene, por ejemplo, han tenido que mantener un perfil bajo, muy lejos del estilo de vida de su prima.
Leonor y Sofía, las hijas de Felipe VI, directamente han quedado fuera de este círculo de privilegios. La distancia marcada por los reyes actuales, Felipe y Letizia, ha roto la cercanía con el emérito. La balanza está clara. Juan Carlos ha elegido a quién mimar, y Victoria Federica se ha ganado ese lugar. Ya sea por afinidad, por carácter o simplemente por capricho, ella es la gran favorita del abuelo. Y eso, en la familia real, se traduce en muchos ceros.