Viernes negro en Zarzuela: la comida de El Pardo con Juan Carlos I divide a la familia, hay un tránsfuga

Un almuerzo familiar en El Pardo despierta expectación y genera dudas sobre la armonía entre sus miembros

Viernes negro en Zarzuela: la comida de El Pardo con Juan Carlos I divide a la familia, hay un tránsfuga

Este sábado será una jornada histórica para la familia real: un almuerzo privado en el Palacio de El Pardo reunirá a los Borbón en lo que promete ser un encuentro cargado de tensiones y símbolos. La convocatoria la hace el rey Felipe VI, en un gesto que busca conmemorar, de manera íntima, el 50 aniversario de la vuelta de la monarquía a España tras la muerte del dictador Francisco Franco. A diferencia de la ceremonia oficial que se celebrará el día anterior en el Palacio Real y el Congreso de los Diputados, a la que Juan Carlos I no está invitado,  este almuerzo busca unir a toda la familia, aunque las rencillas previas marcan la pauta.

No es la primera vez que una reunión en El Pardo genera expectación y debate. En 2023, con motivo del 18 cumpleaños de la princesa Leonor y su jura de la Constitución, se especuló sobre qué miembros acudirían, y aunque la mayoría asistió, las tensiones nunca desaparecieron del todo. Ahora, la situación es más delicada: el rey emérito, Juan Carlos I, ha publicado recientemente sus polémicas memorias en Francia, donde critica abiertamente a varios miembros de la familia, sobre todo a la reina Letizia, a quien culpa de dificultar la armonía familiar.

Letizia y Felipe VI

Tensión en la mesa: ¿quiénes estarán y qué papel jugarán?

A pesar de los conflictos, Juan Carlos ha aceptado la invitación de su hijo, lo que asegura la presencia de la familia más cercana al emérito, incluidas las infantas Elena y Cristina, y algunos miembros de la realeza griega. Sin embargo, según los expertos en Casa Real, la logística del encuentro parece diseñada para minimizar enfrentamientos: mesas amplias, invitados selectos y una estrategia implícita para que nadie acapare el protagonismo. Como apunta Pilar Eyre, “cuanto mayor sea la mesa de banquete, menos oportunidades tendrán de interactuar”, intentando que Juan Carlos no se convierta en el “elefante en la habitación”.

El clima de tensión es palpable: la reina Letizia ha reaccionado con tristeza a las declaraciones del rey emérito, y aunque Felipe VI mantiene su papel de mediador, queda la incógnita sobre cómo se manejará la fotografía oficial de familia. Por otro lado, Juan Carlos ha mostrado su habitual determinación, solicitando dormir en Zarzuela, aunque finalmente lo hará en su avión de regreso. Según Mariangel Alcázar, todo lo que la reina y el emérito tenían que decirse “ya se lo han dicho”, dejando claro que este almuerzo será más un gesto de formalidad que un espacio para reconciliaciones profundas.