Zarzuela ha gastado más de medio millón en fotos en bikini de Letizia
Una discreta estrategia veraniega rodea cada año a la reina Letizia durante sus vacaciones
La reina Letizia es un referente de estilo. Siempre impecable en sus apariciones públicas, cada look suyo acapara titulares. Sin embargo, hay una imagen que sigue siendo un tesoro inalcanzable para los paparazzi: verla en bikini. Desde hace años, conseguir una fotografía así se ha convertido en una misión casi imposible. Y no por falta de intentos.
Zarzuela ha invertido una cifra escandalosa —más de medio millón de euros— en preservar esa intimidad. Sobre todo en verano, cuando los Reyes se escapan a destinos de playa que nunca se anuncian ni antes ni después del viaje. El objetivo es claro: blindar la privacidad y evitar a toda costa las fotos indiscretas que podrían acabar en las portadas del corazón. Letizia reaparece cada septiembre con un bronceado perfecto, pero sin dejar pista alguna de dónde ha estado.

El precio de la perfección
El interés por capturar a Letizia en traje de baño no es nuevo. Años atrás, cuando aún era princesa, se publicaron imágenes suyas en bañador durante unas vacaciones familiares en el yate de Juan Carlos I. Fue un escándalo. Su extrema delgadez desató ríos de tinta, y desde entonces, la Casa Real cambió su política de comunicación estival. Nunca más volvieron a filtrarse fotos de sus escapadas veraniegas.
Letizia, según quienes la conocen, es extremadamente cuidadosa con su imagen. Coqueta y exigente, prefiere tenerlo todo bajo control. Incluso sus bikinis —de firmas como Custo— se mandan hacer a medida. La periodista Pilar Eyre reveló que llegó a modificar hasta seis veces uno para que le quedara perfecto. No deja nada al azar.
En el pasado se decía que la ahora reina solía frecuentar playas nudistas en la Costa Brava durante su juventud. Una época muy lejana, cuando no imaginaba que un día estaría bajo el escrutinio de toda España. Hoy, con una imagen cuidada al milímetro, Letizia se ha asegurado de que ese tipo de fotos no vuelvan a ver la luz. Y para lograrlo, Zarzuela ha tirado de chequera. Porque en palacio, una imagen vale más que mil palabras... o que medio millón de euros. Un precio muy alto por mantener el misterio de la reina más vigilada de Europa.