Zarzuela ha ofrecido dos casas y un sueldo vitalicio a Letizia para no divorciarse de Felipe VI
Un acuerdo que cambia el rumbo de la relación entre Letizia y Felipe VI dentro de la monarquía

La relación entre Felipe VI y Letizia es un tema que genera gran interés, pero lo cierto es que la convivencia entre ellos hace años que ha dejado de ser la que todos esperaban. Según informaciones recientes, entre el monarca y la reina no existe más vínculo que el profesional. Desde 2012, su matrimonio atraviesa una crisis profunda que, aunque nunca se materializó en un divorcio, sí que llevó a un cese de la convivencia. La presión mediática, sumada a los escándalos de la familia real, hizo que ambos decidieran seguir caminos separados, pero sin romper oficialmente su unión.
Distancia y condiciones impuestas en Zarzuela
Según fuentes cercanas a Zarzuela, la vida de Felipe VI y Letizia ha cambiado radicalmente. Aunque siguen siendo una "pareja de trabajo" para cumplir con sus funciones reales, sus vidas personales no se comparten. Ya no viven juntos, y la distancia se ha hecho palpable, tanto en su día a día como en su hogar. Felipe VI reside en el Palacio de Zarzuela, mientras que Letizia se encuentra en el Pabellón del Príncipe, ambos separados por tan solo 900 metros. Esta división en su residencia es una de las últimas medidas para mantener una aparente armonía, tras años de tensiones y disputas diarias que, según testigos, incluyeron portazos y discusiones constantes.
El futuro incierto de la reina consorte
Sin embargo, la decisión de no divorciarse tiene un coste significativo. Zarzuela ha ofrecido a Letizia un acuerdo que le garantiza una vida cómoda y estable, incluso en un futuro sin Felipe VI. Según las cláusulas acordadas, la reina tendría acceso a dos residencias, una para el verano y otra para el invierno, con servicio doméstico permanente, además de una pensión vitalicia. A cambio, Letizia seguiría cumpliendo con sus funciones institucionales hasta que su hija Leonor asuma el cargo de jefa de Estado. Esta oferta parece diseñada para garantizar la estabilidad de Letizia, pero también para mantener el equilibrio dentro de la familia real.
A pesar de la distancia física y emocional que hay entre Felipe VI y Letizia, el divorcio parece ser una opción lejana. Ambos saben que los efectos de una ruptura serían difíciles de asimilar, tanto para la monarquía como para sus hijas. Sin embargo, las condiciones propuestas por Zarzuela han logrado, por el momento, mantener la calma en un entorno real marcado por las tensiones internas.