Zarzuela oculta las aventuras de Letizia en África

Desde su llegada a Zarzuela, Letizia ha tenido serios problemas a la hora de ser lo más cercana posible a la ciudadanía española. En este sentido, el carácter más bien cerrado y serio de la Reina Letizia siempre ha hecho que tenga dificultades a la hora de conectar con la gente. Una situación que ha hecho que los asesores de la consorte, le hayan recomendado comenzar a tomar medidas para tratar de caer mejor en la polución, donde la reputación de Letizia no destaca por estar en su mejor momento. Es por este motivo que cada vez vemos más imágenes de Letizia en la cotidianidad y ejerciendo de madre.

A pesar de que la vida privada de Letizia sigue siendo un misterio en muchos aspectos de la vida, la realidad es que la consorte lleva muchos años tratando de esconder cuáles son sus verdaderos gustos. Aquellos que, por algún motivo u otro no pueden ser revelados como sí que lo ha sido la pasión de Letizia por el cine, el arte o el teatro. Y es que de hacerse público el gusto de la esposa de Felipe VI por la caza, se le echarían encima.

Letizia ama la caza como Juan Carlos I

A pesar de que el emérito siempre ha sido su gran enemigo dentro de Zarzuela, la realidad es que Letizia comparte más cosas de las que le gustaría con su suegro. Y es que, más allá de su incapacidad para mantenerse como una pareja fiel, Letizia también comparte el gusto por la caza, con Don Juan Carlos. De hecho, solamente su mala relación los privó de compartir grandes viajes de cacería en África.

Por su parte, en Zarzuela no han escatimado en esfuerzos a la hora de evitar que se haga público, que Letizia disfruta como nadie, acabando con la vida de animales salvajes. En especial de aquellos que son menos habituales. Un divertimento, el de Letizia, que no gustará nada a la mayoría de españoles, que ya criticaron mucho a Juan Carlos I por su pasión por la caza deportiva.

Así pues, en Zarzuela llevan muchos años ocultando las aventuras de Letizia por África, donde se ha gastado decenas de miles de euros en cacerías de animales exóticos y salvajes. Una costumbre calcada a la de Don Juan Carlos.