De dirigir un tres estrellas Michelin como Jordi Cruz a vender el coche para pagar deudas
Ser de los mejores chefs del mundo no garantiza llegar a final de mes
El mundo de la alta cocina ha subido como la espuma a lo largo de los últimos tiempos. Personajes como Jordi Cruz, Dabiz Muñoz o los hermanos Roca se han convertido en auténticas estrellas mediáticas, gracias a su capacidad para fascinar a todo el mundo mediante sus artes culinarias. Desde reconstrucciones de clásicos como la tortilla de patatas hasta esferificaciones de cualquier producto imaginable. Sin embargo, estos genios, habitualmente reconocidos con estrellas Michelin, los mejores con tres, no siempre ganan tanto dinero como pensamos. Si no que se lo pregunten a Dani García.
El cocinero nacido en Marbella ha contado a Pablo Motos, en El Hormiguero, que ser uno de los mejores chefs del mundo no siempre es una tarea agradecida económicamente. A diferencia de otras profesiones donde se puede vivir de un solo hit, en la cocina hay que ser, cada día, el mejor. Algo que es muy duro, tanto a nivel físico como mental. No vale con dar un buen servicio al mes, aquí hay que dar la talla en cada servicio y cada uno de los días del año.

Dani García tuvo que vender su coche para llegar a final de mes
En este sentido, el caso de Dani García es el mejor ejemplo de que no todo puede ir tan bien como uno espera. El chef le confesó a Pablo Motos que, a pesar de ser reconocido como uno de los mejores del planeta, gracias a las tres estrellas de la Guía Michelin, su solvencia económica no está, ni de lejos, garantizada: “Hubo un año y medio o dos en el que no tenía ni coche porque no llegábamos”. Es decir, que el negocio no iba tan bien y que por su bien y por el del negocio, tuvo que acabar vendiendo su coche, si no, no pagaba las deudas asfixiantes que tenía encima.
De hecho, tener estrellas Michelin no siempre es algo deseable. Dani García decidió cerrar su restaurante en Marbella cuando la famosa guía gastronómica le otorgó ese distinguido y no siempre favorable honor. Una nueva demostración de que no es oro todo lo que reluce.
Así pues, a pesar de todo el glamour que rodea al mundo de la alta cocina, Dani García ha demostrado que por muy altas que sean las cuentas que se pagan en estos establecimientos, no siempre son tan rentables como se pueda llegar a imaginar.