Camilla Parker Bowles se niega a aceptar el regreso de Meghan Markle a Buckingham
La esposa de Carlos III no perdonará a los Duques de Sussex
La decisión de Meghan Markle y el Príncipe Harry de abandonar Buckingham para comenzar de cero una nueva vida en Estados Unidos fue algo que nadie dentro de la familia Windsor fue capaz de entender. Y es que a pesar de tenerlo todo, los Duques de Sussex optaron por dejar encima de la mesa gran parte de los privilegios que tenían para mudarse y alejarse de todo el ruido que había a su alrededor de Buckingham. Algo que no gustó ni un pelo dentro de la Casa Real de Gran Bretaña, donde cinco años después siguen muy enfadados.
En este sentido, el delicado estado de salud de Carlos III y las constantes crisis matrimoniales que han estado atravesando Meghan y Harry, ha hecho que varios medios de Reino Unido hayan hablado sobre la posibilidad de que los Duques de Sussex tomaran la decisión de volver a Reino Unido. Un plan que gusta mucho más a Harry que a Meghan y que podría volver a unir a los Windsor.
Sin embargo, tal y como señalan fuentes cercanas a la Casa Real de Gran Bretaña, dentro de Buckingham no están muy por la labor de facilitar el regreso del Príncipe Harry y de Meghan Markle. Pues, a pesar de que tanto Carlos III como el Príncipe Guillermo quieren que Harry vuelva, Camilla Parker Bowles se habría estado encargando de complicar el regreso de Harry y Meghan, a los que no está dispuesta a perdonar fácilmente.
Camilla exige un perdón público
Ante esta situación, el plan de Camilla Parker Bowles pasa por hacer que Harry y Meghan tengan que comparecer de forma pública para pedir disculpas de forma abierta a la Casa Real de Gran Bretaña. Algo que en Buckingham saben que va a ser imposible de que suceda. Pues, ni Meghan ni Harry se arrodillarán de esta forma para conseguir el perdón de nadie y mucho menos de una Camilla a la que ninguno de los dos puede ni ver.
Así pues, es tan mala la relación entre Meghan Markle y Camilla Parker Bowles, que la consorte solamente piensa en la mejor forma de humillar a la actriz y evitar, de todas las formas posibles su regreso a Buckingham, donde Meghan no va a ser bienvenida.