Charlene de Mónaco, obligada a volver con Alberto II por el empeoramiento repentino
La salud del Príncipe Alberto no está garantizada
Hace ya varias semanas que se habla de que el estado físico de Alberto II es motivo para estar verdaderamente preocupados. La evolución del Príncipe de Mónaco no ha estado siendo nada positivo y, de hecho, ha mostrado un empeoramiento constante por culpa de una ganancia de peso que facilita el desarrollo y proliferación de las enfermedades cardiovasculares y que empeora el día a día del Príncipe Alberto, que habría solicitado la intervención del equipo médico para así revertir una situación que le podría complicar seriamente la vida.
Ante esta situación, en el Principado de Mónaco han llegado a la conclusión de que lo mejor para enderezar el rumbo de la vida de Alberto II es que sea ingresado en un centro especializado donde pueda estar en observación y supervisión durante las 24 horas del día. Un plan que habría quedado descartado a cambio de que haya un equipo médico siguiendo a Alberto durante la gran mayoría de las horas del día. Algo que también necesitará la colaboración del propio Príncipe monegasco.
En este sentido, dado que se desconoce el nivel de gravedad de la enfermedad que estaría sufriendo Alberto II, desde el Principado se han puesto en contacto con Charlene de Mónaco para que comience a prepararse para volver de urgencia a la residencia real. Pues, si el Príncipe Alberto queda incapacitado durante un tiempo, deberá ser ella, junto a Carolina y Estefanía, la que deberá ejercer como la máxima representante de la institución monegasca.
La evolución Alberto de Mónaco preocupa mucho
La realidad es que a pesar de los constantes avisos por parte del equipo médico de Mónaco, el Príncipe Alberto no ha hecho ni un solo movimiento para mejorar su pésimo estado físico. Y es que, si se cumplen las expectativas de fuentes cercanas al Principado de Mónaco, la última enfermedad que sufre Alberto II habría venido provocada por el preocupante sobrepeso que acusa desde hace años.
Así pues, dado el complicado estado de salud del Príncipe Alberto, Charlene de Mónaco se ha visto obligada a abandonar su vida en Francia, para volver a la residencia de la realeza en Mónaco, como medida preventiva ante el empeoramiento repentino de Alberto de Mónaco.