Kate Middleton cazó al Príncipe Guillermo en la cama de su mejor amiga

Hace tiempo que la relación matrimonial entre el Príncipe Guillermo y Kate Middleton está lejos de ir por el buen camino. Desde dentro de Buckingham no han sido pocos los trabajadores que han revelado que los Príncipes de Gales se pasan los días discutiendo y peleando de una forma que llega a generar miedo en todas las personas que los rodean. Una situación que, más allá de las formas tan diferentes que tienen de entender la vida, vendría provocado por el profundo rencor que Kate Middleton guarda por su marido, al que culpa de haber reventado su matrimonio.

Según han desvelado medios cercanos a la Casa Real de Gran Bretaña, el punto de inflexión que provocó que los Príncipes de Gales pusieran punto y final a su buena relación, fue el momento en el que Kate Middleton no solo se enteró, por enésima vez, que su marido le estaba siendo infiel, sino que lo estaba siendo con una de sus mejores amigas. Una traición que la Princesa de Gales jamás pudo perdonar a su marido y a su amiga.

Por lo que hemos podido saber, la mujer con la que el Príncipe Guillermo se había estado acostando, no era otra que Rose Hanbury, una joven aristócrata inglesa con la que Kate Middleton había congeniado más que bien. Sin embargo, después de dicho suceso, no han vuelto a ser vistas juntas.

Kate y Guillermo cesan su convivencia

A pesar de que a lo largo de los últimos meses hemos visto como Kate y Guillermo compartían tiempo vacacionando juntos, desde Inglaterra afirman que esas imágenes no son más que una mera cortina de humo. Pues, como sucede con Felipe VI y Letizia, en Buckingham no interesa que se sepa que los Príncipes de Gales se odian mutuamente. Por lo que por el bien de ambos han llegado a un pacto por el que van a mantener la paz y así evitar males mayores para las dos partes.

Así pues, la infidelidad de Guillermo de Gales con Rose Hanbury marcó un antes y un después en su relación con Kate Middleton. Haciendo que la Princesa de Gales no pudiera volver a ver ni a su examiga ni a su marido, con el que habría dejado de convivir.