Manuel Sans, médico, experiencias cercanas a la muerte con pacientes: “Te dicen que salen del cuerpo”
El prestigioso cirujano comparte sorprendentes testimonios de pacientes que cambiaron su manera de entender la vida y la muerte
Manuel Sans ha dedicado su vida a la medicina. Cirujano de prestigio, pionero en laparoscopia en España y profesor universitario, pasó años entre quirófanos, pacientes y docencia. Pero su trayectoria dio un giro inesperado al escuchar a quienes estuvieron clínicamente muertos y regresaron.
Lo que más le sorprendió es que muchos de ellos coincidían en lo mismo: la sensación de abandonar el cuerpo. Describen que de repente flotan, que observan la sala, los médicos, incluso a sí mismos tumbados en la camilla. A menudo explican detalles que, en teoría, no deberían haber percibido. Conversaciones, gestos, movimientos… y luego esos datos resultan ser ciertos.
Además, otros testimonios van más allá. Relatan que se desplazan a diferentes lugares, que ven a familiares fallecidos o que sienten presencias luminosas que transmiten paz. Hablan de abrazos, de diálogos íntimos, de mensajes de tranquilidad. Y en muchos casos, describen una especie de repaso vital, como una película acelerada de su existencia.
El elemento común es siempre la luz. Una luz cálida, acogedora, que parece invitarlos a quedarse. Algunos incluso aseguran que no querían regresar, que preferían permanecer en esa calma absoluta. Sin embargo, por alguna razón, terminan volviendo. Y lo cuentan. Para Sans, estos relatos no son simples anécdotas. Son señales de que la muerte podría no ser un final, sino una transición.

Una visión distinta sobre la muerte
La medicina tradicional enseña que la conciencia depende del cerebro y que, al cesar su actividad, todo se apaga. Esa visión materialista es la que se enseña en las facultades, la que guía la mayoría de protocolos médicos. Pero Manuel Sans plantea otra posibilidad.
Según él, la muerte solo implica la pérdida del cuerpo físico. La conciencia no se extingue, sino que pasa a integrarse en algo mayor: lo que denomina la supraconciencia. Una especie de red o nivel superior de existencia donde la identidad no desaparece, sino que se transforma.
Esa idea, lejos de estar basada únicamente en la fe, se apoya en los relatos coincidentes de pacientes y en la reflexión de años de experiencia médica. Sans no habla de dogmas, habla de observaciones. Insiste en que la ciencia debería abordar estas experiencias con apertura, sin miedo a lo que pueda descubrirse.
Hoy, ya jubilado, difunde estas reflexiones en libros y en redes sociales, donde conecta con miles de personas que buscan respuestas. Sus palabras no pretenden imponer una verdad, sino abrir un diálogo. Porque, como él mismo señala, escuchar a quienes han estado al borde de la muerte nos recuerda que el final puede no ser tan oscuro como pensamos. Quizá sea, en realidad, el comienzo de algo más.