Una española que reside en Estados Unidos explica la imagen negativa de Barcelona: “Me da mucha lástima”
La tiktoker María Sanz afirma que la reputación de España se está ensuciando
Ya no es de extrañar que, cuando uno habla de Barcelona, lo primero que le pregunten ya no sea por las playas, ni por el clima, ni siquiera por el FC Barcelona o por Gaudí. El tema principal que preocupa a los que preguntan por la Ciudad Condal es la seguridad. La capital catalana ha pasado de ser la ciudad de ensueño para la gran mayoría de los turistas y ciudadanos extranjeros a ser un destino que, a pesar de mantener ese encanto modernista de Gaudí, ha perdido ese halo de bienestar y de ser un espacio amigable.
Buena muestra de ello es lo que relata la tiktoker María Sanz en sus redes sociales. En un vídeo colgado en la plataforma TikTok, cuenta cómo ella, que vive en Estados Unidos, ha dejado de recibir comentarios positivos cuando le preguntan por la realidad de Barcelona. “¿España es un país seguro?”, “¿De verdad no queréis turistas?”, “¿Tú también piensas así por ser española?”. Así son algunas de las preguntas que recibe de aquellos que se interesan por la Ciudad Condal.

La imagen de España va perdiendo calidad
Unos pocos años atrás, España, y concretamente Barcelona, era sinónimo de bienestar y de felicidad. Ahora, por desgracia y tristeza de la influencer, España ya no es lo que era. María asegura que le “da mucha lástima” todo lo que está ocurriendo con Barcelona y España. Y ya no se trata solamente del aspecto de la seguridad por los robos y la creciente tendencia criminal que afecta a Barcelona y otras ciudades españolas, sino por el auge del movimiento contrario al turismo.
El turismo tiene miedo a tener problemas
La realidad es que los turistas cada vez tienen más miedo a lo que les pueda llegar a pasar estando en Barcelona. Los barrios de la Ciudad Condal se han radicalizado y han crecido los movimientos vecinales protestando contra el turismo, algo que llama mucho la atención de los ciudadanos extranjeros que llegan a preguntar a María si está de acuerdo con el movimiento “antituristas”.
Así pues, la imagen que Barcelona proyecta al mundo ha dejado de ser tan buena como era antes. La capital catalana ha pasado de ser la envidia del mundo a ser percibida como un lugar hostil para el que viene de lejos. Algo que costará muchos años de trabajo para repararlo.