Lewis Hamilton y Fernando Alonso pendientes de Juan Manuel Correa

Lewis Hamilton y Fernando Alonso pendientes de Juan Manuel Correa

El piloto ecuatoriano se encuentra en coma por un síndrome de dificultad respiratoria aguda

El mundo de la Fórmula 1 se tiñó de luto el pasado Spa-Francorchamps al ver sobrecogido el espectacular choque de Anthoine Hubert contra la barrera de protección lateral de la pista y el posterior y fatal impacto con el monoplaza de Juan Manuel Correa. La secuencia, absolutamente demoledora, sumió en el pesimismo a todos los pilotos, aficionados y miembros de las escuderías que estaban viendo la carrera.

Los peores presagios se hicieron realidad poco después al conocerse el estado grave del sudamericano y la muerte por las heridas del francés. Una tragedia que pone el contador a cero en un deporte que linda y ha tocado en demasiadas ocasiones la muerte con las manos. El mismo Lewis Hamilton estaba concediendo una entrevista a pie de pista justo cuando se produjo el terrible accidente, y una persona de su conocimiento y experiencia se sobrecogió y rezó por los afectados. Lamentablemente Hamilton tenía razón. Sin embargo las desoladoras noticias no se han quedado ahí, ya que ahora se extienden durante este fin de semana.

Anthoine Hubert, accidente

Porque el otro piloto afectado, el americano Correa ha sido inducido a un coma en un hospital de Londres por una "síndrome de dificultad respiratoria aguda" que le mantiene en estado “crítico pero estable”, según el parte médico. La familia ya se ha adelantado para pedir que Correa luche por su vida, algo que en silencio hacen todos los pilotos que se han subido alguna vez a un monoplaza.

De la misma manera, Fernando Alonso, bastante activo en redes sociales y que se encuentra ahora en Monza, uno de sus trazados fetiche, se ocupó de guardar un espacio en su muro para colgar un mensaje apesadumbrado por la gravedad de la situación en la que se han visto envueltos el malogrado Hubert y ahora el joven Correa, de 19 años. Esperemos que salga de esta, ¡ánimo chaval!