El enésimo asalto a la gloria de los adinerados dueños del Manchester City

Los propietarios del club no piensan escatimar esfuerzos (ni dinero) para tratar de que el equipo llegue a lo más alto esta temporada

El enésimo asalto a la gloria de los adinerados dueños del Manchester City

No será por falta de ganas (o de millones) la ausencia de gloria en el lado celeste de la ciudad de Manchester. Desde su llegada al club, los jeques han invertido cantidades ingentes de dinero que, por ahora, sólo se han traducido en dos títulos de la Premier League y alguna FA Cup.

Si bien es cierto que el botín no es malo para un club poco acostumbrado a pasear por la zona noble, lo cierto es que el gran sueño de los jefes del Etihad Stadium está puesto, ya desde su llegada, en la Champions League. Y este año, por supuesto, lo volverán a intentar.

Otra vez volverán a aprovechar la magnífica base que tiene en jugadores como Joe Hart, Pablo Zabaleta, Yaya Touré, David Silva o Sergio Agüero para rodearles de jugadores que complementen sus cualidades. A decir verdad, en las contrataciones 'citizen' siempre aparecen nombres de futbolistas cuya valoración en el mercado siempre es más alta de lo que se muestra sobre el césped: Milner, Nasri, Clichy, Lescott, Dzeko...

A eso se une que es un equipo que nunca acaba de reforzarse en defensa. Si bien es cierto que el belga Vincent Kompany actúa desde hace años como un auténtico líder, sus lagunas nunca dejan de aparecer y siempre se encuentra solo en la tarea de sostener al equipo desde la retaguardia.

Para este, el fichaje estrella es Raheem Sterling. Un joven talento que apunta maneras, pero que a sus 20 quizá todavía no valga los 68 millones de euros que han pagado por él. Por ahora, ésa es la única inversión destacada que han hecho en el Etihad. Y, como dinero no les falta, los siguientes esfuerzos irán destinados a la defensa.

Ahora mismo parece complicado que los 'skyblues' puedan ser campeones de Europa. No deja de haber en el equipo un cierta aire a artificialidad que le cuesta quitarse de encima y les impide competir con garantías cuando se enfrentan a clubes con más tradición, tanto en Inglaterra como en Europa. Pero por dinero no será.