Guardiola no sabe cómo decir

Guardiola no sabe cómo decir "sí" a la Roja: Lo que hay tras su 'postureo'

Es evidente que, políticmente, tiene unas convicciones, pero eso no debería ser un impedimento

Pep Guardiola ha sido más noticia últimamente en España no por sus éxitos con el Bayern, que de nuevo bajo su tutela comanda sin apenas oposición la Bundesliga alemana (por tercer año consecutivo), sino por su implicación, clara y transparente, en el proceso soberanista enmarcado dentro de las últimas elecciones catalanas, en las que formó parte de forma simbólica de la lista de 'Junts pel Sí'. El presidente del CSD, Miguel Cardenal, también fue claro a la hora de afirmar que "ha participado de un engaño a muchos deportistas catalanes".

 

Un ataque frontal por parte de una personalidad del Gobierno a un entrenador de fútbol catalán y español, que ya sembró la semilla de la polémica al asegurar que "de haber existido un estado Catalán, hubiera jugado con la selección catalana. Pero fui encantado con la selección española y di lo mejor de mí, como en el Barça, en el Brescia, en Qatar o en México, y ahora como entrenador en el Bayern. Nunca fui a la selección por dinero".

 

Teniendo en cuenta que ninguna de las opiniones que se puedan hacer sobre algo así serán nunca totalmente verdaderas o erróneas, es evidente que existe una brecha, al menos dialéctica, que a día de hoy levantaría mucha polvareda en el caso de que la RFEF, que estaría encantada en su caso, decidiera proponerle a Guardiola el cargo de seleccionador nacional sustituyendo a Vicente del Bosque si éste se marcha tras la próxima Eurocopa de Francia. Pep no ha renovado aún con el Bayern y no está claro que vaya a hacerlo. ¿Existe un entrenador más laureado que él en el 'mercado español' y con más caché actualmente?

 

El diario 'El Confidencial' aborda esta cuestión con mucho acierto, aunque los compañeros se preguntan, en este caso, "¿por qué no entrenar a la selección española en lugar de a Brasil?", en referencia al expreso deseo de Guardiola de comandar los destinos de la nave carioca algún día. Las bases están sentadas: hay buena sintonía entre el entrenador del Bayern y la FEF, hay una amistad sincera con Del Bosque y lazos con las instituciones del fútbol español. No es casualidad que Pep haya estado en Madrid estos días, como participante y ponente en el curso de formación continua de la Licencia UEFA. El problema sería el acomodo de la elección en el gran público, visto lo visto en los últimos tiempos con Gerard Piqué y su 'peaje' por haberse expresado de forma tan clara sobre el proceso soberanista catalán. También, y es cierto desde cierto punto de vista, justificar que el señor que se sentara en el banquillo del equipo que representa a todos los españoles no se sintiera como tal.

 

Sin embargo, hablando en términos futbolísticos, está claro que el 'caramelo' de la Roja le encantaría a Pep. Una selección hecha a su medida, de tradición fiel a la misma idea que domina en el Barça y que él mismo perfeccionó hasta límites prácticamente imposibles de igualar. Una cantera, la del fútbol patrio, de las mejores del mundo y unas posibilidades infinitas de seguir triunfando como técnico. La profesionalidad de Pep es la que le lleva a afirmar, sin mentir, que "daría todo lo que tiene en cualquier equipo" porque el fútbol no entiende de nacionalidades. Sólo habría que dejar la política a un lado, aunque costaría.

 

Lo malo, para él y para todos, es que ya se ha metido mucho en ese mundo incorrecto que une política y deporte de forma inexpugnable. No sabría cómo salir para justificarlo. En cualquier caso, primero tendría que darse la posibilidad. Algo para lo que podría no quedar demasiado.