Oído en el palco del Camp Nou:

Oído en el palco del Camp Nou: "¡Suerte que Nolito no vino al Barça!"

La presencia del jugador del Celta en el Barcelona hubiera deslucido el festival de los tres delanteros mágicos de Luis Enrique.

Munir, el cuarto delantero del Barça y pichichi de la Copa del Rey, no jugó anoche ni un sólo minuto ante el Valencia. Es fácil de entender. ¡A ver quién se atreve a sacar del campo a Messi, Neymar y Suárez en pleno festival goleador y cuando mejor se lo estaban pasando! Esta reflexión pudo oirse anoche en el palco del Camp Nou tras el 7-0 endosado por el Barcelona al Valencia.

 

¿Qué hubiera pasado si finalmente el Barça hubiera fichado a Nolito? ¿Se habría atrevido Luis Enrique a dejar a uno de sus tres cracks de la delantera en el banquillo para dar entrada al nuveo? ¿Se habría atrevido a sustituir a uno de los tres durante el partido? En la directiva existe la plena convicción de que no, y de que el no fichaje de Nolito es una buena noticia para conservar la armonía que se vive en el vestuario azulgrana. La inclusión de Nolito en el equipo sólo habría servido para avivar las tensiones entre el entrenador y sus estrellas. Bartomeu estaba informado sobre la opinión del vestuario, que nunca bendijo la llegada de Nolito, a quien veían como un hombre de confianza de Luis Enrique que disfrutaría de más minutos de los que merecería enturbiando la paz social que ahora impera en ese vestuario. Y obró en consecuencia. Pensando en la tesorería del club y también en los intereses deportivos del equipo.

 

Para cuando lleguen las lesiones, ya está Munir, y también Sandro. Y si no hay lesiones, mejor que jueguen siempre Messi, Neymar y Suárez. El ejemplo de anoche, que no pasó desapercibido en la directiva, es elocuente. De haberse materializado el fichaje de Nolito, por lógica, ayer hubiera tenido minutos para justificar su fichaje y Luis Enrique se habría ganado el disgusto de uno de sus tres delanteros mágicos. Bartomeu y sus directivos están convencidos de que hicieron lo correcto con Nolito, aunque Luis Enrique no esté de acuerdo.