El cambio de cromos sobre la mesa del Real Madrid para revolucionar la Premier

El cambio de cromos sobre la mesa del Real Madrid para revolucionar la Premier

El mercado de fichajes vive su últimos coletazos

No. La respuesta del Real Madrid aún retumba en los despachos de la T4 del Santiago Bernabéu. La última jugada del Chelsea fue desestimada esta misma semana con un negativa contundente apadrinada por los pesos pesados del Madrid. Del presidente al técnico pasando por un vestuario que prefiere malo conocido que bueno por conocer.

 

Roman Abramovich puso sobre la mesa del Real un cambio de cromos que levantó carcajadas en el club blanco. El magnate ruso quería meter a Cesc Fàbregas en la operación salida de James Rodríguez al Chelsea. Condición inamovible para negociar la salida del colombiano. Y fórmula inteligente para reducir el montante total de la venta –Florentino Pérez exigía y exige 70 millones de euros para cerrar el pase-.

 

Un intento que contó con la oposición contundente del técnico del Madrid. Zidane no quiere ni oír a hablar de un Cesc Fàbregas del que asegura que lo mejor se vio. Los informes que maneja el Madrid –y media Europa- del que fuera una de las estrellas del fútbol europeo son para echarse a temblar.

 

‘Zizou’, que nunca ha negado su deseo de perder de vista a James, no abriría la puerta a un problema para meter otro mayor en el vestuario: Fàbregas tiene fama de ser un tipo incómodo por los vestuario que ha pasado. Si a eso le suman un rendimiento deportivo en caída, la ecuación resultante es clara: puerta cerrada.

 

Por su parte, el Chelsea no estaba dispuesto a soltar 70 ‘kilos’ por un jugador que no tasa en más de 40. La operación era clara: 40 millones más Cesc –al que valoraban en torno a los 20- para cerrar el acuerdo en unos 60. Y la respuesta de Florentino Pérez más aún. James se queda, pero, y más importante, Cesc no meterá la cabeza en el Madrid.