Top Secret: el vestuario del Barça sentenció a Paco Alcácer

Nada nuevo. El vestuario del Barcelona es lo más parecido a un superviviente. Tras lograr un doblete sin fondo de armario, con un banquillo que era el hazmerreír de Europa, los efectivos azulgrana asistieron atónitos a las compras de última hora del club.

Si no se hace bien, mejor no hacerlo. En la plantilla se impone una máxima: los fichajes de última hora no son el mejor camino. Tras meses y meses conociendo las carencias del equipo, el club ha sido incapaz de traer el cuarto delantero que pidió Luis Enrique.

Ninguno de los futbolista en la lista de ‘Lucho’ vestirá de azulgrana. La última propuesta avisa de curvas. El desencanto en el grupo con la llegada de un delantero de urgencia va en aumento. El ‘no’ a Paco Alcácer, el as en la manga desde los despachos para salvar el cuello, se impone. Ni Vietto, ni Gameiro, ni Nolito. Alcácer es la solución sobre la bocina. Una solución que el grupo no ve clara.

En el Barcelona nunca se vio claro que Paco fuera un fichaje de rendimiento inmediato, al que sí ofrecía Munir. La llegada de Alcácer supuso la marcha del nuevo jugador del Valencia que se había ganado a los pesos pesados del equipo con su saber estar en la suplencia, un trabajo encomiable y una pretemporada para enmarcar.

La mayoría en el vestuario culé afirmó que el canterano merecía ser el cuarto hombre del ataque del Barcelona. Además, los Neymar, Suárez y Messi sabían que con Munir no habría problema en el reparto de los minutos. Los 30 ‘kilos’ pagados por el ‘9’ che obligan a un rendimiento inmediato para la que Paco, como evidenció ante el Alavés, no está preparado. Problema gordo.