Órdago bestial por Mbappé: la última oferta desde París (que Florentino Pérez tendrá que igualar)
El PSG tira la casa por la ventana con una operación de tres 'aristas' casi imposible de contraatacar.
Faltan sólo nueve días para el cierre del mercado de fichajes, y el PSG aprieta las tuercas por Mbappé en una negociación que se plantea larga hasta el último suspiro, y en la que debemos estar preparados para vivir giros de guión inesperados casi a cada instante. La pugna entre el conjunto parisino y el Real Madrid por el delantero del Mónaco se recrudece, hasta el punto de que parece que el futbolista ya ha decidido que no seguirá en el Principado. Al menos, eso se intuye después de que los nervios le hayan hecho tener problemas disciplinarios en el último entrenamiento con su equipo.
El París Saint Germain se habría descolgado con una última oferta por Mbappé y Fabinho, otra de las grandes perlas del Mónaco, con una cifra que supera lo imaginable: 220 millones más el mediapunta brasileño Lucas Moura. Se trataría de una cifra casi imposible de igualar por Florentino Pérez, quien además juega con las manos atadas por las peticiones de Zinedine Zidane de no romper el orden establecido en el vestuario merengue.
El Real Madrid no tiene opciones de ofrecer futbolistas en una hipotética operación por Mbappé, salvo Marcos Llorente. En su momento se especuló con Mariano, pero finalmente el hispano dominicano acabó en el Olympique de Lyon. Todo pasa por que el futbolista haga primar su voluntad de jugar en el Real, cada día más cuestionada a razón de los acontecimientos. Lo que parecía en un principio presión por parte del padre, que desea que Kylian juegue en el PSG, parece estar mutando ahora en una decisión conjunta, pues el chico no acaba de decir a las claras que prefiere vestir de blanco.
Así pues, la única forma de igualar la última oferta parisina será a través de la 'labia' del presidente y su capacidad para hacer ver a Mbappé que, a sus 18 años, el Real Madrid le abriría las puertas con los brazos abiertos bajo el paraguas de Zidane, que le garantiza minutos, y en un escalafón salarial muy por debajo de lo que le ofrecen en la capital francesa. El amor incondicional a un escudo que el joven delantero idolatra. Más no puede ni quiere hacer el presidente blanco, ya que romper las reglas podría hacer saltar por los aires el excelente momento deportivo que vive la entidad.