Las tres salidas cantadas del Barcelona que ha frenado Luis Enrique
Gerard Piqué, Dani Alves y Andrés Iniesta estuvieron a punto de dejar la entidad azulgrana
El Barcelona le debe mucho a Luis Enrique. Y no se trata sólo de que la entidad barcelonista esté seriamente a las puertas de sumar el segundo triplete de su historia. El asturiano también resultó decisivo a la hora de evitar que figuras clave para el equipo siguieran adelante con sus intenciones de bajarse del carro cuando gran parte del trabajo estaba todavía por hacer.
Gerard Piqué es una de las estrellas que se planteó abandonar la entidad. El verano pasado, según confesó él mismo, no se sentía al nivel que se le debe exigir a un defensa del Barcelona. El técnico asturiano le convenció de que todavía podía rendir al máximo nivel. Al central quizás le sorprendió que el entrenador le castigara con el banquillo durante un tiempo a principios de la temporada, pero esa medida, al final, fue mano de santo. Piqué recuperó su mejor nivel y pocos dudan de que está entre los mejores centrales del mundo en este momento. El excelente rendimiento defensivo que ha tenido el equipo barcelonista durante esta campaña se explica en gran parte gracias a su excelente aportación.
Dani Alves tampoco tenía demasiado claro si debía o no seguir en el equipo ya desde el año pasado. El lateral brasileño ha llegado a sentirse prácticamente acosado por la directiva de Bartomeu. Cree que en demasiadas ocasiones se le ha criticado en exceso y se ha sentido ninguneado en lo económico. Por todo ello, no es extraño que todavía piense muy seriamente en marcharse del club. La temporada pasada, Luis Enrique le hizo ver que sería una pieza fundamental en sus esquemas. Lo ha sido y el asturiano quiere que lo siga siendo. Tanto, que hasta una de las condiciones para que siga al frente del equipo el año que viene es que el defensa continúe formando parte de su plantilla.
Andrés Iniesta tampoco tenía demasiado clara su continuidad. No se siente en las mejores condiciones y llegó a plantearse la posibilidad de una salida que, al final, por la intervención del técnico, no se hizo realidad. Su entrenador le ha dado toda la confianza del mundo, aunque el manchego no ha brillado durante la presente campaña con todo el fulgor que mostró en el pasado. Su mejor juego sólo ha hecho acto de presencia casi en latigazos. Con todo, la fe del asturiano en él permanece del todo inquebrantable.