El nuevo Madrid que Florentino le ha dibujado a Benítez no es para cobardes

El nuevo Madrid que Florentino le ha dibujado a Benítez no es para cobardes

El presidente pide mano dura desde el primer día.Y la habrá

Nuevo rumbo. Florentino Pérez ha cogido al timón y llamado a filas a un marinero obediente y servicial como Rafa Benítez. El madrileño no tiene el pedigrí del pasado pero responde a las órdenes del comandante como el primero. Y esto gusta en el Madrid.

 

A Carlo no se le ha conocido discusión airada, ni grito, ni un aquí mando yo, ni imposición con los jugadores en su paso por el Real. Y esto va a cambiar desde ya. No era, ni es su filosofía, ni su forma de proceder y por eso ha terminado con el petate en la calle.

 

Carletto ha conseguido los éxitos desde el diálogo, la comunicación y el entendimiento con el otro. Una manera de ser que está impregnada en el vestuario y que sigue levantado ampollas en el palco.



A Carlettto se le ha tachado, asiduamente, de no tener la mano dura de su antecesor, Mourinho. "Le falta insuflar la mala leche al equipo que tenía 'Mou'", cuenta un mimbro de la ejecutiva blanca a este medio. Una realidad que ha salpicado la trayectoria del italiano en el Madrid con pequeños enfrentamientos que fueron a más con el bajón del equipo en este inicio de año y que colocaron a Carletto en la pureta de salida mucho antes de salir. Una forma de proceder que hartó al presidente y que, ahora, con la llegada de Rafa, va cambiar del todo.

 

" Puedes ganar, perder o empatar, pero hay un tema que ha molestado aún más: el ‘colegeo’. Se ha creado un clima de amiguismo que Florentino no traga. Algunos jugadores -Sergio Ramos/Casillas/Cristiano- se creen que son los amos del club y gastan una chulería que es inaceptable", afirma la misma voz.

 

La misión de Benítez es clara: pasar el aspirador por el vestuario. Una purga de egos con luz verde para decidir entradas y salidas. Las órdenes del presidente son precisas: bajar los humos a los Ramos y compañía. Se terminaron los privilegios. El querer ser más que el propio club. El Madrid está por encima de todos y cada uno del vestuario y el que no entienda algo así, estará en la calle. La mano dura va a marcar el inicio y final de la era Benítez. O eso al menos es lo que promulga/desea el club. Trabajo, trabajo y más trabajo. La puerta está abierta de par en par para los que no acaten el nuevo rumbo.