Los problemas de Cristiano en el Madrid II: su rencor al madridismo

Los problemas de Cristiano en el Madrid II: su rencor al madridismo

Ronaldo no perdona/olvida el menosprecio del Bernabéu a su persona

Cristiano es especial. El portugués se rodea de gente que le regala el oído. Desde su agente, Jorge Mendes, a su círculo íntimo de compañeros en el vestuario o a periodistas 'amigos' que le defienden poniendo su credibilidad en juego si hace falta. No es suficiente. A Cristiano le falla la grada.



Además, el portugués siente un profudno menosprecio hacia el madridismo. No perdona el desagravio del Bernabéu hacia su persona. Ronaldo ha confesado a sus íntimos que los pitos del aficionado han perjudicado su imagen a ojos del mundo. Le han hecho mucho daño. Desprecia al público del coliseo blanco por su actitud hacia él. Algo que en Manchester no habría pasado jamás. Cristiano estaba encantado en la ciudad inglesa, donde la afición le tenía por un Dios. En Madrid está obligado a compartir los focos con otros jugadores. Su protagonismo en el campo no se ve reflejado en la grada. Ni en el palco. Ni en los medios. Una grada que es incapaz de apreciar sus capacidades/liderazgo como merece y que le están llevando a perder tirón. Y que antepone el equipo a los futbolistas y no duda en silbar a Di Stéfano, en su día, Casillas o al propio ‘Cris’.



El enfado del portugués por los pitos del Bernabéu se ha convertido en despecho. El punto de inflexión tuvo lugar tras la debacle en el Calderón y la posterior fiesta y escarnio hacia la figura/persona de CR7. Aquel episodio marcó un antes y un después con el madridismo. Cristiano preguntó a Mendes si había posibilidades reales de salir del Madrid y el agente empezó a trabajar en dos fretnes: PSG/United. Desde entonces su divorcio con la grada se ha hecho patente en celebraciones recriminadas por el propio vestuario y detalles en los que el luso ha mostrado públicamente su enfado con la afición. Desde el famoso y rieterado "jódanse" a negarse a saludar/desperdirse del público con el resto de la plantilla en partidos de Liga/Champions y en el último disputado en el Bernabúe. Desprecios que han sentado peor que mal en las alturas hasta el punto de tensar la cuerda con la directiva hasta los topes.