¿Se 'masca' la traición? El peligro de fuga de última hora en el Real Madrid de Zidane

¿Se 'masca' la traición? El peligro de fuga de última hora en el Real Madrid de Zidane

Todavía puede haber cambios, a pesar de que el club tiene claro que no quiere que los haya.

Alerta. Las últimas horas de mercado para el Real Madrid van a ser todo un ejercicio de entereza, viendo cómo numerosos equipos siguen haciendo llegar ofertas a las oficinas del Santiago Bernabéu por futbolistas de la plantilla de Zinedine Zidane. El técnico francés acordó hace días con Florentino Pérez que no habría más salidas, y que tampoco quería más fichajes. Está contento con lo que tiene, y quiere hacer 'piña' a partir del grupo actual. Pero podría no ver cumplido ese deseo.

 

Principalmente, por un elemento de su vestuario al que habrían vuelto a comer la cabeza con la idea de marcharse buscando minutos: las ofertas le siguen llegando a Marcos Llorente. El joven mediocentro ha sido, sin duda, el futbolista sobre el que más dudas han existido a lo largo de todo el verano respecto a si debía quedarse o no en el Madrid. Su calidad no se discute, sí el hecho de que es el último en la rotación con más variantes de toda la plantilla, el medio campo, posición en la que hay hasta siete futbolistas para tres puestos. Y él ocupa una demarcación que rota menos, la de Casemiro.

 

Llorente

 

Atlético de Madrid, Sevilla y Valencia son los tres equipos que más están apretando por Llorente hasta última hora. Los che intentan convencer al Real Madrid con un cambio de cromos, introduciendo al delantero de la Academia valencianista Rafa Mir en la operación. Mir interesa al Real, que estaba dispuesto a pagar 2,5 millones de Euros por el chaval, que se niega a renovar con su club. Los blancos no desean, sin embargo, atender a esta propuesta, y mucho menos ceder a Llorente al Sevilla o al Atlético, pero según fuentes cercanas al conjunto merengue, en el interior de la cabeza del canterano todavía habría dudas.

 

Veremos si Zidane es capaz de retener sólo 24 horas más al chico y hacer que se quede definitivamente en la plantilla. Sin tiempo para reaccionar, la marcha de Marcos Llorente supondría un revés más de imagen que deportivo, y dejaría una sensación de vulnerabilidad nada recomendable en el ambiente.