El caso Raphinha le dura 10 minutos a Joan Laporta
Laporta no duda en blindar a su nuevo líder
El FC Barcelona vive un momento de reconstrucción deportiva, pero hay piezas que no se discuten. Una de ellas es Raphinha, cuya explosión en las dos últimas temporadas ha convertido cualquier debate sobre su continuidad en un trámite de apenas diez minutos para Joan Laporta. El presidente, que en su día tuvo dudas sobre si apostar a largo plazo por el extremo brasileño, terminó renovándolo a finales de mayo hasta junio de 2028, convencido de que es tan esencial para el futuro azulgrana como Joan García, Pedri o Lamine Yamal.
Esta temporada, además, regresó de una lesión de un mes de baja con un impacto inmediato: gol, asistencias, liderazgo y una agresividad competitiva que lo han vuelto a situar entre los mejores de LaLiga. Su desborde, su lectura táctica y, sobre todo, su voracidad en la presión tras pérdida, encajan de manera perfecta en el modelo de Hansi Flick, que lo considera indispensable.
Rendimiento sobresaliente y un regreso con más fuerza
Raphinha ha firmado dos campañas de altísimo nivel, consolidándose como el extremo más determinante del Barcelona. Su capacidad para romper líneas, asociarse por dentro y al mismo tiempo amenazar constantemente desde fuera lo han convertido en una pieza irremplazable.

Raphinha ha logrado lo más difícil: convertirse en un referente emocional y futbolístico. En los momentos complicados, pide la pelota, asume responsabilidades y contagia energía a un vestuario cada vez más joven. Su madurez competitiva se nota en cada partido.
Una renovación estratégica por lo que aporta al Barça
Laporta tenía claro que un jugador con ese rendimiento no podía quedar en el aire. Raphinha es más que un extremo: es un conector, un lanzador de contragolpes, un generador de superioridades y un finalizador fiable. Su entendimiento con Pedri y Lamine Yamal es uno de los grandes tesoros del actual proyecto deportivo.

Además, su personalidad ganadora ha hecho que el vestuario lo vea como un líder natural. Por ello, su renovación no es solo una cuestión deportiva, sino estratégica: el Barça necesita figuras que consoliden el proyecto, y Raphinha es una de ellas. Laporta lo sabía. Por eso, su “caso” duró tan solo diez minutos.