Bombazo de Laporta: llegan los relevos de Busquets y Piqué, Xavi ríe

Finalmente, llegan las buenas noticias al FC Barcelona con la confirmación de los dos primeros fichajes de la temporada. Se trata de Christensen, central danés del Chelsea, y de Kessié, el mediocentro marfileño del Milán. Así lo ha confirmado el presidente, Joan Laporta, en declaraciones a los medios tras una visita al mítico hostal La Gavina de S’Agaró acompañado por Rafa Yuste y Xavier Puig. Ambos jugadores llegan como agentes libres y están listos para unirse al nuevo proyecto de Xavi Hernández.

Laporta cortó así de un plumazo la polémica sobre la tardanza en llegar de los primeros refuerzos del verano. "Presentaremos a Kessié el miércoles y Christensen el jueves", reconoció el presidente para alegría de una afición necesitada de ilusión ante el mal momento económico y deportivo que venía atravesando el club. Equipo que ve cómo se unen a sus filas dos futbolistas de calidad para dosificar a hombres importantes como Busquets y Piqué, cuya carga de partidos les impedía rendir al mejor nivel toda la temporada.

Así las cosas, la semana que viene llegan al Spotify Camp Nou dos jugadores que han hecho todo lo posible por jugar en el Barcelona, rechazando unas cuantas ofertas y accediendo a un salario de 6 millones de euros cada uno. Todo dentro de las nuevas fórmulas que está empleando el club para reestructurar su masa salarial y no verse en problemas de cara a sobrepasar el margen. Una revolución que Xavi espera completar con la incorporación de los grandes nombres que suenan para reforzar la plantilla.

Las denominadas palancas económicas han dado un soplo de aire fresco a las arcas del club, y se espera que en pocos días el técnico de Terrasa pueda contar con el que sería su hombre estrella en ataque, Robert Lewandowski. Desde la directiva se confía en que el Bayern de Münich acabe aceptando la propuesta de 40 millones más 5 en variables por el polaco. Algo que acabaría terminando con uno de los culebrones del verano y que permitiría al club afrontar nuevas operaciones como la de Raphinha, que se espera que acabe costando unos 60 millones entre fijos y variables.