Desconcierto: pone fin a su etapa en el Madrid en consenso con Zidane

Si tuviésemos que confrontar las expectativas generadas al llegar al Bernabéu con la realidad de uno de los jugadores más talentosos del Real Madrid en los últimos años, el resultado sería una continua montaña rusa. Y así ha sido el paso de Isco Alarcón por las alineaciones en el club blanco: de indiscutible a discutido, de titular al ostracismo. Ahora mismo Isco aporta, sí, pero no es decisivo y el Madrid escucha ofertas por él, algo que el mismo jugador, le ha dicho a Zidane, no ve con malos ojos.

Con todo, es poco probable que el jugador malagueño salga del club de Concha Espina en esta ventana de fichajes, pero por primera vez en mucho tiempo y estando Zizou en el banquillo, esa posibilidad existe. Y es porque hay una sensación en el Madrid de que Isco no ha llegado a ser (o al menos lleva tiempo sin ser) ese jugador que prometía llegar confluir en crack mundial. Clase le sobra, pero su físico y su trabajo con él se lo impiden.

Sobre ello, el 22 siempre ha estado relacionado con el exceso de peso y es un tema recurrente también porque el futbolista lo permite. Ahora, tras la cuarentena, vuelve a suceder y para ciertos sectores del madridismo esto no solo debería condenar al mediapunta, sino que le estigmatiza a fuego por su escaso cuidado con la forma física. Es dejadez, dicen algunos. Y es que existe la percepción de que si Isco se cuidase y trabajara su cuerpo, sería una figura de talla mundial.

Y esta es la historia del de Benalmádena en el Madrid año tras año y que cansa a las dos partes: la primera, la del club y Zidane, porque siempre se espera más del jugador; la segunda, la del propio Isco, que nunca está a la altura de las expectativas de la entidad merengue como para asentarse en el once. De modo que sin firmar una salida, entre el míster francés y el futbolista y en consenso con el club, aceptarán una buena propuesta si llega y gusta a las tres partes, y desde este mismo verano.