Florentino Pérez trabajaba día y noche en su salida, y ya la tiene hecha

Florentino Pérez trabajaba día y noche en su salida, y ya la tiene hecha

Zidane es feliz

¿Por qué, a día de hoy, debería estar Zinedine Zidane angustiado con el rendimiento y la cohesión de su plantilla? Es sencillo, lo está a medias. Al técnico francés le encanta el ambiente y el grupo que ha construido, solo que dentro de él hay dos ovejas negras. Una, James Rodríguez, tiene la cruz y será vendido al mejor postor; el otro, Gareth Bale, es el gran quebradero de cabeza del míster, y también del presidente, Florentino Pérez. Sin embargo parece que el máximo mandatario blanco ha encontrado la llave de su salida.

Eso sí, una cosa es que Florentino tenga la fórmula para lograr la huida de Bale y otra muy distinta es que la vaya a servir en bandeja. Ni siquiera Jonathan Barnett, agente del jugador, sabe lo que Pérez tiene en mente y que sí le ha comentado a Zizou. Ambos planean la mejor táctica para deshacerse del galés pero esperan que sea sacando un beneficio a cambio. De no ser así, el presidente sabe cómo desprenderse del jugador, librarse de su salario y dejar un hueco libre.

En primer lugar el Madrid ya está trabajando con todos aquellos clubes que en algún momento se han interesado por Bale. De ellos, han seleccionado los potenciales destinos que por músculo económico e historia podrían acoger al británico y, por último, esperan que una de estas vías sea aceptada por el futbolista y su entorno, toda vez que Zidane le ha cortado de raíz su presencia sobre el terreno de juego: ya no es ni la tercera opción por banda derecha, Lucas Vázquez le adelantó ante el Athletic Club de Bilbao.

Si nada de esto sale bien y Bale, como ya ha hecho en el pasado, se niega a salir o a rebajarse el sueldo, entonces Florentino pondría en juego la última y desesperada carta: pagarle el año que le resta de contrato, es decir unos 20 kilos limpios, y dejarle en libertad un año antes de su salida, prevista para 2022. El presidente ha sido reticente a usar esta vía por la pérdida de dinero y la humillación que supone para el club, pero a tiempos desesperados, medidas igualmente excepcionales.