Joan Laporta recibe el SOS de un crack traicionado por el Real Madrid
Ahora pide un rescate al Barça
Donny Van de Beek fue capaz de rechazar al Barça para esperar al Real Madrid, en el que esperaba jugar esta temporada. Josep María Bartomeu, presidente en aquel entonces, se interesó en su llegada en 2019, cuando firmó a Frenkie de Jong, viendo la gran temporada que hicieron ambos en el Ajax de Ámsterdam. Y volvieron a preguntar el pasado verano, después de que Ronald Koeman, que le conoce perfectamente, asumiera el cargo.
Pero la respuesta por parte del internacional holandés siempre fue la misma: ‘no’. Tenía todo pactado con Florentino Pérez desde hacía tiempo, y tenía intención de respetar el acuerdo verbal, que no escrito, que alcanzaron. Su sueño era, por lo tanto, vestir de blanco, algo que finalmente no ocurrió como todos sabemos. Porque la pandemia modificó los planes que había en el combinado que dirige Zinedine Zidane, que decidió no fichar a nadie.
Así que no les tembló el pulso ni mostraron ningún arrepentimiento por dejar tirado al crack nacido hace 23 años, que se quedó con un mano delante y otra detrás. Y no le quedó de otra que buscar un nuevo refugio, que fue el Manchester United, la única escuadra dispuesta a pagar los 55 millones de euros que solicitaban para dejarle salir. Una decisión que pocos comprendieron, ya que veían complicado que pudiera tener minutos y ser titular.
Con Bruno Fernandes, Fred, Nemanja Matic, Scott McTominay y Paul Pogba, la competencia es demasiado grande. Y ha pasado lo que muchos pronosticaban, que Van de Beek casi no ha tenido minutos, y ya piensa en dejar la Premier League. Hasta la fecha, su aventura en Old Trafford está siendo una auténtica pesadilla, y así lo ha hecho saber en el Camp Nou, donde ahora ha llamado con el rabo entre las piernas. Solo espera que esta vez le perdonen.
Una opción interesante para el Barça, pero no hace falta decir que es sumamente complicada. A no ser que los ‘red devils’ aceptaran un préstamo, o le traspasaran por un precio bastante más bajo de lo que pagaron, no hay apenas opciones.
Aunque la fe nunca se pierde.