Laporta sí impone una cláusula a Xavi: tensión y examen al Barça 22/23

Hay una máxima en el mundo del fútbol que suele repetirse temporada tras temporada y que rara vez falla. Sí, lo hace a veces, pero no es la tónica habitual y el Barça de Xavi, que ha salvado varios match ball esta temporada, tiene esta verdad pendiendo sobre su cabeza. Dicho de otra forma, Xavi tiene la confianza de Joan Laporta y el club, pero no de forma indiscriminada, hay límites. Y uno concretamente puede hacer cambiar de manos el banquillo culé.

Para entender la máxima a la que nos referimos, conviene hacer memoria sobre el curso de los acontecimientos recientes. Cuando llegaron los peores momentos del Barça esta campaña, con las duras derrotas en Múnich y Milán, con el empate en el Camp Nou frente al Inter de Milan que dejaba al equipo casi fiera de los octavos de final de la Liga de Campeones o con la derrota en el Santiago Bernabéu ante el eterno rival, el Real Madrid, Laporta alzó la voz para defender el proyecto de Xavi y este Barça, con un discurso que ha calado, pero hasta cierto punto: el de equipo en construcción, el de la continuidad del proyecto.

Pero la verdad es que pocas personas en la masa social blaugrana, incluso en la junta directiva, se creen que sea completamente cierta esta última realidad, máxime cuando el líder del equipo, la estrella, Robert Lewandowski, tiene 34 años. Pero sobre todo por la ingente cantidad de jugadores y millones invertidos en el mercado de fichajes, de modo que sí, Xavi tiene margen, pero ese margen no es infinito, tiene una línea roja bien marcada tras la cual se irá a la calle: LaLiga.

Si el Barcelona gana la competición doméstica, Xavi seguirá, pase lo que pase en el resto de títulos en juego (la Supercopa de España, la Copa del Rey y la Europa League). Salvo debacle en las otras tres competiciones que restan por disputarse y siempre que los culés se impongan al Madrid en LaLiga, Xavi continuará en el banquillo, pero esta línea funciona en las dos direcciones y si bien puede ser la salvación del míster, también puede ser su perdición. Y es que si LaLiga le da la vida al entrenador, la caída en la misma se la quita. O lo que es lo mismo, si el Madrid se lleva el pulso, Xavi será sustituido. Así de simple. Con esas cartas se juega la partida en el Camp Nou y Xavi acepta el reto.