Leo Messi le dice a Joan Laporta quien es el problema del vestuario

Leo Messi no se muerde la lengua, y ha aprovechado la confianza que tiene con Joan Laporta para hacerle saber varias cosas. Lo primero es que quiere seguir en el Barça, algo que no es ningún misterio, pues nunca ha dicho lo contrario. Es el club de su vida y de su corazón, y le encantaría retirarse allí, pues su familia se siente muy cómoda en la ciudad, que es donde se han criado y han crecido sus hijos. Pero, obviamente, no lo hará así como así.

Pide un proyecto deportivo estable y ambicioso, y dejar de hacer el ridículo allí por donde pasan. Obviamente, será duro conseguir dejar atrás el paso de Josep María Bartomeu, que tanto daño ha hecho a la entidad. Y, además de eso, el astro argentino también ha aprovechado para dejar claro al presidente quien considera que es la ‘manzana podrida’ del vestuario. Porque está harto de que todos le señalen a él como el culpable de todo, y el malo de la película. Según su opinión, ese papel es para Gerard Piqué.

Conocido es por todos que desde hace tiempo su relación con el central catalán está completamente fracturada. El motivo exacto no se sabe ni se sabrá nunca, pero todos creen que es debido a los problemas personales que han tenido sus esposas, Antonella Roccuzzo y Shakira. Intentaron que eso no fuera más allá, y no se trasladara a los cracks azulgranas, pero así ha sido, finalmente. Ahora bien, ¿Qué es lo que lleva a decir Leo eso del ex del Manchester United y el Real Zaragoza?

Pues, como ha podido conocer Don Balón por fuentes cercanas al vestuario del Camp Nou, es por su actitud lejos del terreno de juego. Sobre él, es un líder, y el jefe de la defensa, por lo que su ausencia se nota mucho, como hemos podido comprobar. Pero todo lo que gana como futbolista lo pierde a la hora de hacer declaraciones, que en ocasiones le han hecho ser muy criticado, y tener que soportar humillaciones. Messi cree que no deja en buen lugar a la institución.

En especial, cuando ataca a los árbitros, como hizo en el Clásico.