Quiere ser el heredero de Sergio Busquets, pero el Barça le rechaza

Los días de Sergio Busquets al más alto nivel están contados. Es una realidad, que, por mucho que cueste aceptarla, es así, ya que desde hace tiempo que no es el mismo de antes. Se le hace muy cuesta arriba jugar los 90 minutos de un partido cada pocos días, y ha perdido ese aura de jugador perfecto, que no comete errores. Porque le hemos visto hacer algunas ‘pifias’ impropias de él, que nunca antes había cometido. Pero hay que entenderlo.

Ya tiene 32 años, y está en la recta final de su carrera. No se le puede pedir mucho más a un futbolista que lleva más de una década al más alto nivel, y siendo titular indiscutible en el Barça y en la selección española. Ha estado presente en la mejor etapa de ambas, y siendo indispensable. De hecho, hay quien le señala como el crack de la plantilla más importante e imprescindible durante la etapa de Pep Guardiola, pues no había nadie más que pudiera ejercer su rol.

Y quizá su bajón explique muchas cosas sobre el momento actual de los azulgranas. Sea como sea, Ronald Koeman tiene claro que hace falta ir dosificándole cada vez más, y por eso en verano trajeron a Miralem Pjanic. El problema es que el internacional bosnio no está cuajando del todo, y no acaba de ser el mismo que brilló en la Juventus de Turín. A parte, no sabe hacer exactamente lo mismo que el de Badia del Vallés. Por eso, piensan en otro futbolista.

Y en las últimas horas, en el Camp Nou han recibido una llamada, de una pieza a la que, en un pasado no muy lejano, se atrevían a comparar con Busquets. Se trata de Julian Weigl, al que el Borussia Dortmund descubrió siendo una promesa, tras brillar en el 1860 Múnich, y que tuvo un impacto sensacional. Se ganó un gran número de elogios, y quedaron fascinados con sus cualidades, que exhibía, semana tras semana, en la Bundesliga.

Pero se estancó, por culpa de las lesiones, perdió su lugar, y este enero se fue al Benfica. Allí, tampoco ha podido brillar, ni hacerse con un puesto en el once inicial.

Por eso ha sido rechazado.