Un deseo de Ronald Koeman se le escapa definitivamente a Joan Laporta

Un deseo de Ronald Koeman se le escapa definitivamente a Joan Laporta

No acabará aterrizando en el Barça

Ronald Koeman lleva pidiendo el fichaje de Robin Gosens prácticamente desde que llegó. Y confiaba en que Joan Laporta se lo pudiera traer este verano, después de su buen hacer en la Eurocopa, en la que logró convencer a todos sus admiradores. Y lo cierto es que el Barça le tenía en la agenda, y le contempla como un buen recambio para Jordi Alba, y un buen relevo para Junior Firpo, que ya es jugador del Leeds United a todos los efectos.

Los primeros contactos con la estrella del Atalanta de Bérgamo ya se habían sucedido, y el optimismo era moderado, pero confiaban en que todo saliera bien. El internacional alemán, por su parte, parecía estar convencido de su llegada a La Liga Santander, en caso de tener que abandonar la Serie A. El problema es que todo se ha complicado mucho en los últimos días, debido al elevado precio que vienen solicitando por él. 35 millones de euros, nada más y nada menos.

Gosens

Una cantidad que podrían pagar, pero no es necesario, y, al fin y al cabo, no tendría más que un rol secundario. En el Camp Nou tienen el dinero justo, y no pueden permitirse hacer grandes desembolsos, así como así. En caso de hacer alguno, lo harían para contratar a un crack que tuviera un papel protagonista desde el primer día. El ex de Heracles Almelo y Vitesse Arnhem, por lo tanto, ha quedado en el olvido completamente.

El Barça ahora se debate entre apostar por el joven canterano Alejandro Balde, que tiene un enorme potencial, o hacer un fichaje ‘low cost’. De momento, Koeman está a la espera de ver el rendimiento del crack nacido en 2003 en la pretemporada para tomar una decisión. Y no hay que olvidar que Sergiño Dest también puede actuar allí en caso de emergencia, un puesto que solía ocupar en bastantes ocasiones en las filas del Ajax de Ámsterdam.

Laporta no quiere precipitarse en ninguna decisión, y no despilfarrará el dinero. No pueden permitirse ese lujo, después de la pésima gestión de Josep María Bartomeu.

Habrá que abrocharse el cinturón.