Joya en La Masia, despedido del Barça por Jordi Alba y sus 65M duelen: Pochettino pide su cabeza

Dentro de los muchos fichajes que ha cerrado el Chelsea desde que Todd Boehly accedió a la presidencia del club en sustitución de Román Abramóvich, quien tampoco escatimaba a la hora de gastarse dinero en incorporaciones, es Marc Cucurella.

Eso sí, de igual forma que el lateral catalán forma parte de este listado de inversiones del nuevo mandatario hay que decir que Cucurella también se incluye en el grupo de mayores fracasos del Chelsea en los últimos tiempos.

Aunque durante su paso por La Masia el jugador invitó a pensar que tendría una carrera repleta de éxitos al más alto nivel, pronto Jordi Alba acabó con su sueño, al menos en el Barça, ya que por culpa del exfutbolista del Valencia Cucurella no tuvo apenas oportunidades en el primer equipo blaugrana. Tras encontrar nuevos retos lejos de la Ciudad Condal que sí que le brindaron el protagonismo deseado, el Brighton Hove Albion no dudó en pagar su cláusula de rescisión al Getafe, la cual estaba fijada en 18 millones por aquel entonces, para una temporada después convertirse en uno de los bombazos de Boehly con esos 65 millones invertidos por el magnate estadounidense en el lateral izquierdo.

Eso sí, ni mucho menos las prestaciones del jugador español están siendo gratificantes en Stamford Bridge en una dinámica que se extiende a otros muchos futbolistas que han aterrizado en el club en los últimos años, y de ahí que Mauricio Pochettino, cuya continuidad en el club también se encuentra en entredicho, haya trasladado a la directiva su deseo de que Marc Cucurella abandone el proyecto de los blues con la menor presteza posible, es decir, en la próxima ventana de traspasos que estará abierta en enero.

Es cierto que las continuas lesiones sufridas por Ben Chilwell, la competencia directa del catalán, han permitido a Cucurella gozar de un gran número de minutos desde que se comprometió con el Chelsea, pero sus prestaciones cada vez están siendo más decepcionantes y Pochettino ya ha pedido su cabeza como primer paso para tratar de revertir la crítica situación que vive el proyecto azulón, un proyecto que, lejos de mirar a los puestos europeos, debería comenzar preocuparse por no perder la categoría.