Llega el último tren para el Expreso de Cardiff, Bale quiere cogerlo

En las oficinas del Tottenham se debate sobre la posibilidad de firmar definitivamente a Gareth Bale una vez terminada la cesión o devolverle al Real Madrid y, si te he visto, no me acuerdo. El jugador tiene sus defensores y sus detractores, y en medio está José Mourinho, pero el técnico está cada vez más cuestionado, sobre todo después de la eliminación en la Europa League frente al Dinamo de Zagreb. En todo caso, el todavía futbolista del Madrid, está haciendo una buena temporada, sobre todo desde enero, y eso pone peso en la balanza a favor de su fichaje. De hecho, el futbolista ha participado en 25 encuentros, anotando 10 goles, algunos de muy bella factura, y repartiendo tres asistencias.

Pero el problema no está en lo futbolístico, está, como casi siempre, en el dinero. El salario del jugador es estratosférico y más en época de pandemia, los 17 millones de euros al año suponen una barbaridad que el Tottenham no puede asumir, pero es que el Madrid tampoco puede soportar una carga económica tan elevada y necesita librarse de ese peso que supone tener un jugador en las gradas que cobra, y mucho, por no jugar. Así pues, parece que están condenados a entenderse, esto podría traducirse en un nuevo acuerdo de cesión en el que ambos clubes pagar parte del enorme salario hasta que finalice el contrato, en junio de 2022.

Por su parte, Gareth Bale está mucho más contento en el Reino Unido, ha pasado de ser un chico callado y huraño, que es lo que se veía en Madrid, a ser un compañero divertido, que gasta bromas y se ríe con las que le gastan a él, hasta concede entrevistas, algo que aquí prácticamente nunca hizo. Su agente está buscando una salida digna del Madrid, aunque debe asumir una reducción salarial, algo a lo que el jugador sí estaría dispuesto, pero no así Jonathan Barnett, que percibe una suculenta comisión para su bolsillo de los contratos de sus representados, por lo que quiere que sus jugadores cobren el máximo posible. En todo caso, pasa un último tren para el Expreso de Cardiff y Gareth Bale quiere cogerlo.